Buscar la dieta saludable con el mínimo esfuerzo abre las puertas a los «falsos amigos», esos alimentos cuyo envoltorio o presentación sugieren que no engordan aunque se coman a manos llenas. Pero, al final, muchos de ellos nos enchufan bastantes más calorías, azúcares y grasas de las que creemos. Si eres de esas personas que llenan la despensa de alimentos ‘light’, convencidas de estar a salvo de los michelines, tenemos malas noticias.
«Algunos estudios apuntan a que el consumo de alimentos light>/em> puede incrementar el aporte de energía en la dieta, sobre todo con alimentos superfluos», sentencia Manuel Moñino, dietista-nutricionista del área de Gestión del Conocimiento Científico de la Academia Española de Nutrición y Dietética y presidente del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de Illes Balears. Estos son algunos de los alimentos sospechosos.
Así nos cargamos las bondades del 0% de materia grasa
Añadir el símbolo 0% M.G. (abreviatura de «materia grasa») en el envase de un lácteo es uno de los reclamos más potentes, por mucho que la mala fama de la leche entera puede ser inmerecida. Consumirlo no es un problema en sí mismo, «de hecho, es una opción adecuada para la población general», dice el dietista-nutricionista. Lo malo es que, para aumentar la palatabilidad del producto, se le añaden azúcares. «Hay incluso consumidores que le ponen algún tipo de endulzante antes de consumirlo. Si es el caso, siempre en pequeñas cantidades, aunque lo más saludable es añadir frutas frescas o desecadas».
Ensaladas envasadas: cuidado con los tropezones
El aliño y los complementos suelen ser el tentador pecado de las ensaladas listas para el consumo: costrones, cebolla frita, tiras de bacon… Por no hablar de esas salsas deliciosas, con suficientes calorías como para hacer una prueba ciclista de montaña en pleno verano. «En principio, las ensaladas son una opción muy saludable y facilitan el consumo de verduras. Pero, sus aliños y ‘tropezones’, especialmente los de origen animal, aportan muchas calorías en forma de grasas», revela Moñino. Si elegimos este tipo de ensaladas, lo mejor es aliñarlas simplemente con aceite de oliva virgen extra.
Pan sin miga, un clásico que no muere
Si eres de los que sustituye la rebanada de pan por colines o biscotes, replantéatelo. «El pan sin miga tiene más energía que el pan fresco debido a que apenas contiene agua», y la receta suele incluir algún tipo de grasa vegetal (normalmente, aceite de girasol o de palma). «No es el caso del pan tipo wasa, hecho con una mezcla de harinas, granos y semillas (de trigo integral, centeno, avena…) y menos calórico que un biscote. Ahora bien, la opción más adecuada sigue siendo el pan tradicional, especialmente el integral», subraya Moñino.
Disfruta el sushi, pero no es la panacea
Para compensar el fuerte sabor del pescado, al arroz se le añade azúcar, lo que, a los ojos de Moñino, tampoco merece la descalificación. «En el marco de una alimentación saludable no es un problema, ya que las cantidades que se suelen comer de forma habitual de esta preparación no son elevadas. Es una opción más recomendable que otros platos a base de carnes con guarniciones de patatas fritas, por ejemplo». En cuanto a las propiedades nutricionales del alga, lo más probable es que ni las cates. Si tu árbol genealógico no ha salido de la vieja Europa, tu intestino no dispone de la bacteria Bacteroides plebeius ni de unas enzimas (las porfirasas) que sí habitan en el tracto intestinal de los japoneses y que les permite asimilar los nutrientes de las algas. No todo el sushi engorda, no, pero tampoco es la panacea.
Patatas ‘light’, el no va más del etiquetado creativo
Uno de los grandes hits de la industria del aperitivo en los últimos años: adosar la palabra light al término «patatas» y eliminar, como quien no quiere la cosa, el apellido «fritas». Esta estrategia crea en el consumidor la ilusión de estar comiendo algo aparentemente ligero como una pluma. Una sensación que aumenta con la textura suave y el tacto seco de estos aperitivos. Y ahí está la trampa: que no deje churretones de aceite y sal como las de la churrería no significa que se puedan engullir a discreción. «Si unas patatas fritas de bolsa tienen una 550 kilocalorías por 100 gramos, las light tendrían al menos 385. Estas cifras implican aún un contenido energético considerable como para tomar una cantidad elevada. Y, mucho menos, o para incluirlas en nuestra alimentación
¿Galletas ‘light’? No te fíes
Si las galletas María son consideradas erróneamente como una opción saludable, incluso para los bebés, sus primas light suelen colarse entre los aperitivos de los obsesionados por la ingesta de calorías. Mal hecho: light no significa sin calorías. Solo significa «un poco menos» dentro de un panorama bastante calórico. «Reducir un 30% de las calorías suavizando el contenido de grasas o de azúcares no las convierte en una opción saludable. Peor aún si, con la excusa de que son light, se aumenta su consumo. Son alimentos que jamás deben formar parte de nuestra alimentación habitual», subraya el académico.
Atiborrarte de mermelada sin ganar kilos… sigue soñando
Un estudio de la OCU revela que una mermelada light (con azúcar y edulcorantes) contiene unos 35 gramos de azúcares por cada 100 gramos, frente a los 50 gramos de una mermelada normal. Aunque no lleve azúcares añadidos, la fruta ya tiene los suyos propios. Y el estudio ANIBES nos recuerda que precisamente las mermeladas ocupan un honorable séptimo lugar entre los alimentos que más azúcar aportan a la dieta de los españoles. Quizá no hemos entendido que el hecho de tener menos calorías no hará que no engordes con ella.
Miel, agave y panela: también tienen azúcar
Desde que el azúcar blanco cayó en desgracia, otros endulzantes han ocupado su lugar y, habitualmente, con la falsa coletilla de «saludables», que, por algún extraño mecanismo mental, se interpreta como «esto no engorda». Son opciones similares al azúcar como edulcorante. Tal vez, con un contenido calórico ligeramente menor, o con un bajo nivel de refinado, pero siempre serán azúcares añadidos y deben controlarse en la dieta habitual», señala el experto. Puede que la miel, el agave y la panela sean sanos, pero también engordan.