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Lo que se evitó

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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Todo bien con lo de la presidencia del Partido Revolucionario Dominicano: Miguel Vargas se propuso alcanzarla, chocó, en principio, con fuerte resistencia en la cúpula de la organización y en los dirigentes nucleados en las corrientes del ex presidente Hipólito Mejía y Luis Abinader, pero consciente de su amplia ventaja en las bases echó a caminar su proyecto sin reparar en adversidades.

Luego de no pocas escaramuzas los que se oponían a su propósito, cayeron en cuenta de que no valía la pena luchar contra lo inevitable y depusieron las armas, provocando cambios en las circunstancias que hicieron al ingeniero Vargas Maldonado compromisario de endoso soterrado de uno de los aspirantes a la secretaría general del PRD: el doctor Guido Gómez Mazara.

No por casualidad el número de senadores, diputados y síndicos que respaldaban al doctor Gómez Mazara, era similar, salvo ligeras exclusiones, al del avasallante número de funcionarios electos del PRD, que respaldan a Vargas Maldonado, e igual coincidencia se percibía entre coordinadores de los equipos de campaña en la mayoría de las provincias y municipios, y las mismas encuestas que presentaban la ventaja sin competencia de Miguel, proyectaban la holgada ventaja de Guido.

La identidad entre ambos se fraguó en los forcejeos de la presente contienda, una vez establecidos sus propósitos de lidiar por la presidencia del PRD, Vargas Maldonado trazó raya y Gómez Mazara en decisiones importantes del la Comisión Política del PRD, se colocó claramente de su lado, apoyo que en esa coyuntura resultaba esencial para el ex candidato presidencial perredeísta, no solo por lo que le sumaba sino por lo incómodo que hubiese sido tenerlo de frente.

En consecuencia Vargas se lo suma y lo asume, cosa que también para Guido Gómez resultaba importante, porque eso le permitía un pase más expedito a la posición que ha venido procurando desde hace un tiempo en el PRD: la secretaría general.

Si la contienda se hubiese mantenido entre los que apoyaban a Miguel para la presidencia del Partido, y los que se oponían a ese propósito, nada habría parado la convención, en la que la fórmula que ambos se encarnaban se impondría con una mayoría inapelable.

Pero ocurrieron algunas cosas que fueron variando las circunstancias de Vargas Maldonado.

La primera fue que se quedó sin contendor, y la segunda que se quedó sin motivos para mantener el apoyo a un candidato a la secretaría general, entre tres que le respaldaban.

Jesús Vásquez Martínez, en términos tácticos dio pasos que colocaron al ingeniero Vargas Maldonado en una encrucijada.

Aunque contaba con el apoyo de todos los que a su vez respaldaban al doctor Enmanuel Esquea Guerrero, evadió asociarse a una candidatura que de antemano se percibía perdidosa, y empezó a minar el eje de apoyo de la candidatura de Guido Gómez, acercándose todo lo que le fue posible al ingeniero Vargas Maldonado, a quien le ofreció apoyo público y a quien recibió en su residencia como una clara demostración de que entre ellos no existían distancias.

Es comprensible que el ingeniero Vargas tuviera el propósito de derrotar a todo el que se le opusiera, pero sería absurdo mantener los cañones enfilados contra personas quieren la paz.

¿Qué hubiese pasado si de todas formas Guido Gómez Mazara hubiese derrotado a Jesús Vásquez, remontado en la estructura de Miguel Vargas Maldonado?

Que a Miguel le sería muy difícil demostrar que no fue partícipe de esa derrota, y los efectos que ese acontecimiento le pudieran resultar muy adversos a la hora de reconstruir la unidad del PRD.

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