El gobierno del presidente Leonel Fernández se ha embarcado en dos proyectos que han provocado el rechazo de algunos sectores de la población dominicana y que todo parece indicar no se dejara torcer el brazo por más presiones para que desista de ellos.
Se trata de la venta del 49 por ciento de las acciones de la Refinería Dominicana de Petróleo al gobierno de Venezuela y el permiso que otorgó la Secretaria de Estado de Medio Ambiente para la construcción de la Cementera en la comunidad de Gonzalo, en la provincia de Monte Plata.
Ambas negociaciones, han sido justificadas por las autoridades correspondientes, y según las consultas que se les han autorizado a personalidades y entidades especializadas en las materias, estos coinciden en asegurar que con ninguna de ellas se vulneran las leyes y la soberanía nacional, como han denunciado los que se oponen a esos proyectos.
Desde luego, el gobierno ha tomado en cuenta las recomendaciones de esos expertos en asuntos legales, en hidrocarburos y medio ambiente, para continuar sin mayores inconvenientes esas operaciones que terminarán con la ejecución definitiva de dichas iniciativas.
Lo cierto es que en la República Dominicana hay personas que viven permanentemente tras las cámaras de televisión, los noticiarios de radio y la prensa escrita y virtual, oponiéndose a todo con el único fin de buscar protagonismo y hacerse sentir como defensores de los desvalidos, cuando verdaderamente no es así.
En esos afanes desmedidos de figureo, esos sectores han venido socavando la poca credibilidad que todavía le queda a las auténticas instituciones del país, que verdaderamente representan y han luchado por los que más necesitan y muchas de las cuales en estos momentos están abogando por la creación de fuentes de trabajo y de riquezas que demandan la mayoría pobre de la nación.
Tal es el caso, que por esa oposición irracional, no solamente se mantiene detenida la construcción de la Cementera, en cuyos trabajos se han invertido fuertes sumas de dinero, sino el desarrollo turístico de Bahía de las Águilas, en Pedernales, donde los habitantes de esa provincia se han visto privados de acceder a fuentes de trabajo que les permita vivir en mejores condiciones que las actuales.
Quizás, esa forma de cerrazón que han mantenido esos sectores llamados ecologistas y nacionalistas del país, ha sido lo que más ha empujado al Gobierno ha tomar la decisión de no detener la construcción de la Cementera y a continuar con los planes de vender el 49 por ciento de las acciones de REFIDOMSA, para no dar a entender a la población que se dejo doblar el brazo a través de una oposición carente de razón.
Por lo visto, a esos opositores sólo les quedará el beneficio de haber salido por las pantallas de televisión y pronunciar algunos discursos grandilocuentes que mantuvieron al país ocupado en asuntos poco productivos y de falta de interés general.
Solo lamentamos que esos sectores todavía no han logrado entender, que cuando los gobiernos se lanzan a tomar decisiones con propósitos firmes y marcadamente definidos, como es el caso de REFIDOMSA y la Cementera, siempre terminan imponiendo sus medidas por encima de quien sea, y eso será lo que ocurrirá en los próximos días.
