Siempre supimos que era muy difícil salir ilesos de esta crisis que toca a todas y cada una de las esferas socio económicas del universo al cual pertenecemos.
El informe de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) revela que uno de cada seis habitantes del planeta pasan hambre todos los días, “la mayor cifra en la historia de la humanidad”.
En declaraciones recientes, Enrique Iglesias, titular de la Secretaria General Iberoamericana, expresó que la República Dominicana, "como los demás países, va a sentir el efecto de la recesión internacional, es inevitable".
La FAO valora como preocupante el impacto del incremento de la soya en los precios de los alimentos y el concentrado para animales; por lo que la seguridad alimentaria no deja de estar en riesgo; por sólo señalar cómo la subida de los precios agrede y añade otro aspecto gris a la crisis.
En cuanto al país, Iglesias se suma al criterio de algunos acerca de que las políticas de cooperación regional pueden significar un "mecanismo de alivio" frente a los impactos derivados de la crisis económica internacional.
Sí, la crisis terminará algún día, pero como bien afirma el mandatario, la pregunta es ¿cuándo?, aunque también, el ¿cómo? sigue siendo espada de Damocles que pende sobre las cabezas, sobre todo de las mayorías más necesitadas, que ya conocen de crisis hace mucho tiempo…
La caída de Latinoamérica en la inversión privada, y “el descenso de la demanda por inversión derivado de la bajada del ritmo de la economía en la región”, son otros de los aspectos generales y particulares que afectan al continente y en particular al país.
Con todo y eso Enrique Iglesias cree, al igual que otros economistas, que los países de Latinoamérica están "mucho mejor preparados hoy que hace diez o veinte años" y argumenta este concepto con el buen manejo de la macroeconomía en los países de la región y a que estos no han sufrido una crisis bancaria.
Lo cierto es que todo funciona, como dicen los ancestros, del color con que se mira y, sin pesimismo alguno, pero basados en realidades, los colores de este tiempo son grises y con pespuntes negros, sobre todo cuando se manejan los términos del turismo, las remesas y las exportaciones, entre otros…