La situación de nuestros menores, niñas, niños, adolescentes y jóvenes, en general, preocupa en gran medida a todos en el país.
Que el director de Hogares Crea Dominicano, Leopoldo Díaz, confiese que ante “la imposibilidad de recibir los recursos que les corresponde por ley, una gran cantidad de jóvenes adictos no pueden ser ingresados a esa entidad”, es un problema mayor, sumamente grave, porque aún los 43 centros de rehabilitación, que atienden a unos 1,600 adictos a las drogas, entre ellos niños de 10 y 12 años, resultan insuficientes para la nación dominicana, devenida no sólo puente, sino gran consumidora de narcóticos y sustancias estupefacientes.
No se trata ya de prejuicios clasistas, sino de una realidad que abate a las familias por igual. Apretar filas y disponer de una mayor contribución estatal es sólo un ángulo necesario para enfrentar tan difícil situación. Sin duda, en una batalla de este tipo deben involucrarse instituciones, asociaciones, secretarías y, sobre todo, quienes ejercen el máximo poder en el país.
Hay que señalar algunas iniciativas locales que involucran a niñas, niños y adolescentes, como la que tuvo lugar al ser juramentado en Villa Altagracia, el primer Ayuntamiento Infantil Juvenil en dicho municipio.
Ya 12 provincias han ejecutado esta loable idea, que ofrece “la oportunidad a las niñas, niños y adolescentes de contribuir a las soluciones de los principales problemas de su comunidad, al tiempo que aprenden a manejar correctamente un gobierno local”.
La iniciativa, denominada Municipios Amigos de la Niñez, es apoyada por UNICEF, e involucra a las organizaciones locales, municipales, gubernamentales y no gubernamentales entre las cuales se destaca la labor de Visión Mundial y Progressio.
Ojalá se centupliquen actividades de este tipo a todo lo largo y ancho del territorio nacional, y los menores puedan acceder, como Dios manda, a la imprescindible educación, alejados del reprobable trabajo infantil, y la execrable explotación sexual.
Todo ello contribuiría sin duda al alejamiento de estos seres al consumo de las drogas y el futuro de la nación estaría seguro.
Felicitamos a quienes andan por el país creando ayuntamientos infantiles juveniles en los municipios, sobre todo en los más pobres y segregados, donde el espacio de diálogo y concertación entre la sala capitular municipal y la que ahora representan los miembros de dicho ayuntamiento, sea vía de reflexión y enriquecimiento de sus existencias.