América Latina está en una gran crisis, ex presidentes, ministros, funcionarios públicos condenados por corrupción. Presidentes, senadores, diputados, alcaldes municipales aferrados al poder como si fuera su propiedad y aspirantes para hacer lo mismo. Todo esto creando males sociales y la educación sumamente deficiente.
En un retrato del adulto que tiene como lo principal hacerse millonario sea como sea, es cierto que es común, detrás de una riqueza monetaria, se oculta el delito, quisiera que eso fuera así, pero la vida no puede negar lo que ve y lo que no se quiere que se vea. La ley de Dios está escrita: todo el mal que se hace, no tiene medios para ocultarse, suele repetir: LEY DE LA NATURALEZA, ES LEY DE DIOS.
Nuestra persona aferrada a los valores, gustos que los amables lectores permitan su entrega. ¡Que luminosa es la virtud perfecta!
Hay cuatro divisiones, una es la prudencia, otra la justicia cuya Diosa se fue de la tierra y no volvió, otra el valor y la templanza. La prudencia es la causa de obrar rectamente en la acciones. La justicia, del actuar justamente en las sociedades y en los pactos. El valor, del lograr en los peligros y en los espantos no escapar, sino resistir firmes. A templanza, del dominar las posiciones y no esclavizarse a ningún placer, si no vivir ordenadamente, esto es ser apático: impasibilidad, indiferencia, abulia, dejadez.
Es de suma importancia el ALMA: principio espiritual que informa al cuerpo humano y con el constituye la esencia del ser humano.
Parte moral y emocional. El alma se divide en tres partes, una es la racional, otra apetitiva y la tercera irascible. La racional es la responsable del pensar, calcular, planear y de todos los demás actos semejantes. La parte apetitiva es la causante del desear comer y del ayudarse y de todos los demás actos de ese tipo. La parte irascible es causa de tener valor y del gozarse y separarse y enfurecerse. En la vida hay que tener repuesta de razón que nos une a Dios.
Neale Donald Walsch escribe: “La obra del alma consiste en darse cuenta que quien es ella misma. La obra de Dios consiste en que todos los demás se den cuenta de quién son”.
Mahatma Gandhi escribió: mientras no se da la armonía entre cuerpo espiritual y alma, no habrá concordancia.
Consérvese bueno.
El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana