Santiago.- La procuradora del Tribunal de Niños, Niñas y Adolescentes de Santiago, Antia Beato, resaltó la necesidad de acciones conjuntas para enfrentar el tráfico de niños y niñas de nacionalidad haitiana hacia el país, principalmente a esa ciudad.
Beato manifestó que esos menores pernoctan las calles pidiendo limosnas, duermen en las calles, casas abandonadas y edificios en construcción, y se exponen a todo tipo de peligro y abusos.
La magistrada entiende necesario el trabajo conjunto con la Dirección de Migración para resolver esa problemática.
“Hemos conversado sobre ese problema, pero el componente mayor le corresponde a las autoridades de Migración”, indicó.
Beato sostiene que si se determina que hay adultos involucrados en ese tráfico o que usan esos menores para aprovecharse de ellos, entonces el Ministerio Público actúa.
Sostuvo que tienen informes de que esos niños haitianos son traídos al país para ponerlos a pedir en diferentes lugares de Santiago y luego son retirados a una hora específica, donde son despojados de gran parte del dinero que consiguen.
Beato entiende que hay que actuar en contra de los adultos que explotan a esos menores sin importar que sean haitianos o dominicanos.
Mientras Migración dijo que mantiene operativos permanentes hasta las 8.00 de la noche a fin de mantener limpias las calles de Santiago de los pedigüeños haitianos, principalmente adolescentes.
Con frecuencia ciudadanos observan en horas de la mañana cuando minibuses y camionetas desmontan en diferentes lugares de la ciudad a menores que son traídos desde Haití.
Los lugares más pernoctados por esos niños con edades entre los cuatro a 15 años son las calles del Sol, esquina Francia, el área del Monumento, Carreras con España y Duarte y la avenida Bartolomé Colón frente a la escuela Venezuela, así como los elevados y otros lugares públicos.
Según las autoridades migratorias en la zona Norte, más de 15 menores haitianos han sido repatriados al ser recogidos mientas pedían limosnas en Santiago, pero a pocas horas logran retornar.
Los informes dan cuenta de que debido a que esos menores no son nativos de Ouanaminthe (Haití) y como la Policía y otras autoridades de esa ciudad no permiten que extraños duerman en los parques y pernocten las calles, los obligan a retornar a territorio dominicano, donde son ayudados a regresar a Santiago por personas no identificadas.