La cola vestigial, también conocida como cola humana, es una extravagancia fenotípica de la que apenas se conocen unos 100 casos en todo el mundo. Es una de las enfermedades más raras hasta ahora conocidas.
Esta cola crece en la zona final del sacro, a la altura del cóccix y suele estar compuesta, normalmente, por tejido conectivo, músculos, vasos sanguíneos, nervio y piel. Sin embargo, en otras ocasiones, también pueden aparecer otras estructuras con vértebras y cartílago.
La cola vestigial se suele extirpar en cuanto el bebé nace. No obstante, en algunas ocasiones, no se llega a hacer esta intervención por lo que el adulto la conserva a lo largo de su vida.
Por otra parte, muchos de los casos de la cola vestigial se han relacionado con la enfermedad de la espina bífida, un problema congénito que produce que los canales de la espina dorsal no se cierren completamente durante el embarazo.
Además, los estudios confirman que los casos de cola vestigial son dos veces más probables en hombres que en mujeres.
Causas de la aparición de cola vestigial
La realidad es que no se conoce con exactitud la causa de esta enfermedad tan rara. Los científicos han deducido que proviene de una mutación genética, que reactiva un carácter oculto de nuestro desarrollo evolutivo que se ha mantenido reprimido en el genoma humano.
Además, se han llevado a cabo recientes estudios e investigaciones cuyos resultados refuerzan esta teoría. Para poder comprobar que estos genes también estaban en el genoma humano, se han estudiado los genes responsables del desarrollo de la cola en ratones y en otros animales vertebrados.
Los seres humanos ya no desarrollamos cola a pesar de tener los genes para ello porque la regulación de éstos provoca la muerte celular o apoptosis de las células que estaban destinadas para el desarrollo de esta cola vestigial.
Con otras palabras, en nuestro organismo tenemos las órdenes e instrucciones suficientes para poder desarrollar cola, sin embargo, estas órdenes son destruidas. Como consecuencia de estos genes, se puede observar una cola en el ser humano entre las 4 y las 8 semanas de embarazo.
Debido a estos pocos casos de humanos con cola vestigial, se ha abierto un animado debate en el mundo de la medicina y la evolución.
Características
Hay que tener en cuenta que, aunque se le llame así, en la mayoría de los casos no es una cola como tal. Una cola normal, como la de un gato o un perro, está formada por una serie de huesos, cartílagos, médula espinal y músculos bien diferenciados que permiten su correcto movimiento.
Sin embargo, en los casos descritos de cola vestigial, no existe ninguna de estas estructuras descritas, y los pocos músculos que la forman, al carecer de huesos a los que unirse e insertarse, no van a poder contraerse de forma coordinada ni moverse como lo haría la cola de cualquier animal.
Sin embargo, como hemos visto, sí que está formada por:
Tejido conectivo.
Estructuras musculares.
Vasos sanguíneos.
Nervios.
Piel.
Todas estas estructuras permitirán que la cola pueda moverse y contraerse a voluntad del niño, eso sí, sin ningún tipo de coordinación y con bastantes limitaciones.
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Por otra parte, el tamaño de la cola vestigial varía según los casos vistos. La más larga registrada fue hace ya un tiempo en un chico de la entonces Indochina Francesa. El tamaño de su cola vestigial era de 229 mm.
Muchas veces cuesta diferenciar entre espina bífida y cola vestigial. Por ejemplo, hay un caso de un chico indio llamado Chandre Oram que se hizo famoso por su larga “cola”. Sin embargo, esta alteración no era una cola verdadera, sino un caso de espina bífida.