Al acercarse la contienda electoral congresual y municipal, hay que tener mucha cuenta al recibir informaciones, denuncias sobre determinado candidato o de algún mal manejo de síndicos y ayuntamientos.
Esa es una conducta dañina, reflejo de la fragilidad de nuestra democracia, de nuestras instituciones.
Claro, deben entender los que manejan los fondos públicos que ningún ciudadano honesto, llámese obrero, empresario o profesional, que por demás se dedique a trabajar y producir como Dios manda, está dispuesto a entregar sus recursos al erario, para que funcionarios corruptos hagan uso “medalaganario” de ellos.
Por ello debe el gobierno municipal de Santiago ser el más interesado en mostrar, evidenciar probidad, honradez y sentido de administración con austeridad de los recursos del Ayuntamiento.
No hay razón para ocultar los informes financieros, de la cantidad que está recibiendo el gobierno municipal y cómo lo está gastando.
Los munícipes de Santiago quieren saber cuál es la prioridad de gastos del Cabildo y si se corresponde a la necesidad de la ciudad.
Más, cuando el regidor de la Sala Capitular del Ayuntamiento de Santiago, Nelson Carela, ha revelado que el síndico José E. Sued ha manejado, desde enero del 2008 hasta el mes de mayo de este año 2009, dos mil millones de pesos, todo, dice él, sin rendir informe al Consejo de Regidores del Ayuntamiento de Santiago.
De enero a diciembre del 2008, ha recibido el Ayuntamiento más de 900 millones de pesos por concepto de la ley 166-03, más de 300 millones por concepto de recaudaciones, y óigase bien, más de 500 millones por concepto de préstamos y donaciones.
Solo en el 2008, los recursos ascendieron a más de 700 millones de pesos.
Y en el transcurso de enero a mayo del 2009, el síndico José E. Sued ha manejado más de 300 millones por concepto de la ley 166-03, y se recibieron más de 125 millones por concepto de recaudaciones, ascendente a un total, hasta mayo del 2009, de más de dos mil millones de pesos.
Y uno se pregunta ¿Se puede manejar tanto dinero público a espaldas del Consejo de Regidores, a espaldas de la Contaduría General de la República, a espaldas del pueblo de Santiago?
¿Es posible actuar como un Faraón?; ¿es posible que desde las instancias del poder municipal no se respeten las leyes, los procedimientos, ni al Consejo de Regidores?
Santiago merece una explicación, mas cuando sus barrios viven en protestas permanentes por el arreglo de sus calles, por la higienización de sus sectores, por la falta de un trasformador eléctrico, por el acondicionamiento de sus cañadas, por la recuperación de sus áreas verdes, en fin, por una vida digna.
Desde esta humilde tribuna, solicito al síndico José Enrique Sued, amparado en la ley 200-04 y 174-07, los estados financieros, las ejecuciones, el nivel de deudas con los contratistas que hasta el día de hoy tiene el Cabildo.
Porque la transparencia en el manejo de los fondos públicos debe ser prioridad número uno de todo funcionario municipal o estatal.
¡No se puede manejar tanto dinero a espaldas del pueblo!
El autor es periodista
Frontera25_@hotmail.com