Hablar de nuestros sentimientos muchas veces es difícil. Incluso sentir, en general, puede suponer un reto para muchos. Somos seres sociales, repletos de emociones que durante nuestra vida aprendemos a controlar, aunque hay algunas que cuestan más que otras.
Seguro que alguna vez lo has pensado, ¿por qué me cuesta tanto explicar cómo me siento? o ¿por qué no soy capaz de ser sincero conmigo mismo? Eso es lo que le preguntamos al psicólogo Leocadio Martín, autor de La felicidad: qué ayuda y qué no, ¿por qué tenemos miedo a sentir? “Considero que tenemos miedo a sentir por dos razones”, dice el especialista, y advierte: “Primero porque no nos han entrenado para ello.
También ocurre que, en general, no está bien visto. Si alguien llega al trabajo cojeando, y explica que tiene un esguince, no pasa nada. En cambio, si alguien llega al trabajo y dice que está triste, la gente no lo va a ver bien, lo juzga”, relata en una publicación de ABC.
Martín hace hincapié en que es muy importante ser capaz de hacer introspección para reconocer cómo nos sentimos. “Cuando te levantas, es fácil saber si te duele algo o no. En cambio, debemos hacer el ejercicio de ver si estamos tristes, o preocupados por ejemplo, con el objetivo de reconocerlo, para aislarlo y controlarlo”, recomienda.
Otra de las razones según Leocadio Martín es el efecto de lo que él denomina fake happiness, una presión que sentimos y tiene su origen en las redes sociales. Ver cómo, a través de la pantalla, todo el mundo se lo pasa bien y es muy feliz muchas veces distorsiona nuestra visión de la realidad.(F)