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Meditabundo: Pensando en voz alta

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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Los que pensaban modificar la Constitución con la finalidad de introducir la reelección y los que vociferaban democracia oponiéndose a la modificación de la Constitución, inquietaron nuestras neuronas y recordamos a Mahatma Gandhi en su tema: Autoconocimiento y realización. “Cuando el ojo de una persona dice una cosa, su lengua otra y su corazón otra distinta, estamos ante un tipo que no sirve para nada”.

Bien cierto, aquí todos nos conocemos y como es bien sabida la vergonzosa manera de llenar y llenar los bolsillos y carteras los legisladores y legisladoras con su amado peculado: delito que comete el funcionario que tiene a su cargo la administración de fondos del tesoro público, cuando hurta caudales que son parte de esos fondos. Ese es el caso del “funesto barrilito” que viola la actual Constitución.

Acumular riqueza cometiendo delito no es honesto, tampoco es útil, sí punible. Llevar dinero obtenido con el peculado a la familia es una vida deshonrosa, sumamente vergonzosa. Todo lo que se haga violando la ley creada por los hombres. La ley es la verdad, la ley de Dios. Se castiga. “Todo humano desea, busca lo útil, pero esto no puede hallarse, obtenerse sino en la honestidad” está es una sentencia del gran cónsul, gran tributo a Marco Tulio Cicerón y agrega: “Se echan por tierra todos los principios naturales, separando la honestidad de la utilidad”.

¿Hasta cuándo el pueblo dominicano aceptará el peculado? Como siempre es suficiente pensar en la adquisición de un bien o la desaparición de un mal, sé que el pueblo harto de tantos robos y abusos elegirá a un político puro, Duartiano. Será la nueva vida sin el saqueo del tesoro público y la corrupción. La justicia regresará a tratar igual a los iguales y la confianza y la deseada tranquilidad ciudadana vivirá en la familia.
Consérvese bueno.

El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana.

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