He leído con profunda tristeza la decapitación política de un dominicano o de origen dominicano, del que seguro nos sentíamos orgullosos como concejal en la ciudad de los rascacielos. Con apenas 36 años, su vida política llega a su fin envenenado por la corrupción, la avaricia o las malas compañías. Disponía de muchos años por delante para adquirir los bienes materiales, no tanto tendrá para convivir con el remordimiento y, sin saber quizás, si hubiera llegado a Alcalde de la ciudad de Nueva York, a congresista de los Estados Unidos o a presidente de esa poderosa nación.
En el taxi que me traía esta mañana del trabajo, el debate en la radio era la investigación de "unos cafés que pagó el presidente de una de las comunidades con fondos de la misma”; bueno, también se investigan otras indelicadezas relacionadas con la función de su cargo. Ya llevan meses con este tema en España, que cualquiera hasta paga los benditos cafés para no oír más esto.
Escuchando esta cacareada noticia donde los diferentes medios realizan o dedican parte de la programación al asunto en cuestión, me preguntaba: si esto ocurriese en nuestro país, ¿nos pasamos este milenio indagando acerca de algunas de las gestiones de sus funcionarios, señor presidente Leonel Fernández?
Es esta la diferencia de como un incumbente del manejo público no puede ni debe pagar los cafés sin justificarlo. Estamos en crisis, y por eso ahora más que nunca, quizás, en España andan buscando hasta los céntimos de que disponen sus gestores. Ya supera los cuatro millones de parados (la gran mayoría de ellos cobrando el paro) que lo pagamos los que estamos trabajando y aplaudo al gobierno español y a las autoridades correspondientes que se esclarezca el paradero y sobre todo por qué se pagó cafés con mis impuestos.
En nuestro país, donde la crisis es heredada-cada cuatro años-nos damos el lujo de permitir y consentir todo acto de corrupción, siendo la misma directamente proporcionar a la inflación, al rango del ministro, entre otras razones como por ejemplo, “que eso es normal” según sus propias palabras, señor presidente.
Nos han tenido durante toda la vida política de nuestro país con la creencia de que en el Palacio Nacional había un sótano ó una caja fuerte como lo tiene el pato McDonald, lleno de monedas de oro y de ahí el presidente de turno iba y cogía para los gastos del día como “un amo” de casa. Nunca nadie se preocupó en educar al pueblo dominicano de que cada millonario-en funciones de un cargo del Estado-que se hace es con los impuestos; desde el vendedor ambulante que vocea o pregona por la calle que lleva mango y aguacate hasta el ejecutivo de una empresa. Esto nadie nunca lo ha predicado y al parecer no están por la labor de hacerlo en el gobierno del PLD.
No hay palabra que me cause tanto malestar como la expresión “República Bananera” cuando se refieren a noticias-nunca buenas- referentes a algo sucedido en el tercer mundo, pero al leer las recientes declaraciones del presidente de mi país, tendré que aguantarme.
En días pasados el presidente en funciones, señor Rafael Alburquerque, al cuestionársele sobre este espinoso tema prefirió embelesarse por las beldades que fueron a visitarlo al Palacio Nacional, el stress generado ante tantas hermosuras le impidió maquiavélicamente evadir la pregunta de los medios. Por suerte, no coincidió con un temblor de tierra o un huracán porque nuestra isla estaba acéfala y, por consiguiente, el presidente en funciones había derivado toda su materia gris a la contemplación de féminas. Es aquí señor vicepresidente Alburquerque, y lo convocan de inmediato a explicar ante el Congreso de los Diputados, su actuación y, créame ¡se lo hacen pasar muy mal!
Lo felicito de todo corazón, presidente Leonel Fernández, debido a que ya en nuestro país se erradicó la asignación de contratos entre amigos y como favoritismos, la verdad que sí, es cierto, no había reparado en ese logro de su administración y particularmente le pido disculpas ¿ahora continuamos con el tema no concluido de la corrupción?
En lo que no pienso excusarme ni excusarlo ante la opinión pública nacional e internacional es, en que usted frivolice los actos demostrados de mala acción en algunos de sus ministros y lo achaque a “intereses políticos partidistas”, esto señor presidente Fernández es una demagogia política y unas palabras muy hirientes para todos y todas aquellas personas que le reclamamos a su investidura “una mano dura “ contra aquellos que están cometiendo delito fraudulento con los pocos bienes de que dispone nuestra empobrecida economía y, peor aun justificando estas acciones falto de la ética como si nada.
En algunas ocasiones me han comentado, que por qué no se gestionan ambulancias y otros equipos para el país ¿con qué moral cree usted va una “pedir” mientras en el país se están llevando mil veces lo que cuesta una ambulancia? Aquí no son “tontos” y saben que si en el país no hay ambulancias suficientes es porque el dinero lo tienen algunos(as) muy bien guardado.
Por menos de eso, y usted bien lo sabe y los ministros señalados, en algunos países le cortan la mano sin pensárselo mucho. A usted, señor presidente sólo le pedimos la sociedad que haga algo al respecto. En sus declaraciones usted ha legalizado el robo durante su mandato. Sabrán los que sigan cayendo que incinerarán su carrera como políticos, pero pensando con mala fe hasta le hacen un favor político para así usted regresar emergido como en una nube en el 2016.
Simplemente, queremos que las personas responsables de aplicar la justicia e indagar tomen carta. No a usted, es a los organismos de controles del Estado, es verdad, que aun somos un país eminentemente presidencialista y todo se le reclama a usted, probablemente ello se deba que aun realmente no existe una independencia de los poderes Ejecutivo, Legislativo y especialmente el Judicial.
Hay mucha corrupción en su gestión como gobierno y aunque somos conscientes de que la misma no se erradicará-de la faz de la tierra-pero la diferencia con relación a otros países es que ruedan muchas cabezas, les amputan las manos, además, de someterlo a la justicia y, por supuesto, su destino es la cárcel, tan pronto se detecta algún desliz con lo del pueblo ó abuso de poder. Cayendo en un abismo hombres y mujeres que quizás hubiesen tenido un futuro como políticos, ésta es la consecuencia final de hacer lo que no se debe.
Ya finalizo: menos mal que ha sido usted muy inteligente en no aspirar a reelegirse señor presidente Fernández, porque de seguro intuía o le llegaban hasta sus oídos zumbidos, un tornado político a su alrededor. Estoy sumamente orgullosa como dominicana del discurso pronunciado ayer por el presidente del PRD, ingeniero Miguel Vargas Maldonado, y de esa puesta en escena de un acto político encaminado a compararse con los que se realizan en las naciones civilizadas o del primer mundo. Ha sido sólo un aperitivo de lo que sucederá a partir de ahora, espérese a los entremeses, al primer plato luego al segundo plato y, en especial, lo que más se disfruta y complementa una buena comida: la sobremesa….2012!!!
Madrid-España.