La costra láctea es una inflamación de la piel del cuero cabelludo, que se la conoce también como dermatitis seborréica y se caracteriza por la presencia de escamas amarillentas, blanquecinas o grises, fuertemente adheridas al cuero cabelludo, un trastorno de la piel que aparece en aquellas zonas donde hay un gran número de glándulas sebáceas. Suele aparecer en las primeras semanas de vida y remitir antes de los 3 años.
También se puede presentar entre los pliegues de la piel de la frente, en el entrecejo, en las cejas, en la zona que rodea la boca y en la parte posterior e interior de las orejas, pero en estos casos suele llamarse de otras maneras.
Esta suele transmitirse de padres a hijos y empeora con el uso de productos inadecuados. En su aparición, puede influir un exceso de producción de grasa de las glándulas sebáceas o bien un aumento de la población de ciertos microorganismos que viven habitualmente en la piel, como una levadura llamada Malessezia. En contra de lo que pueda parecer, no es un problema alérgico y no se contagia.
La Dra. Jill De la Ese Cornejo, Pediatra- Neonatóloga señala que la costra láctea y la dermatitis seborreica que aparece en los bebés, al nacer, suele retirarse por si sola en cuestión de semanas o algunos meses.
Pero si se quiere quitar por cuenta propia las escamas del cuero cabelludo del bebé se puede hacer lo siguiente:
Lavar el pelo una vez al día con un champú para bebés que sea suave y que no irrite los ojos.
Extraer con delicadeza las escamas con un cepillo de cabello o de dientes que sea de cerdas muy suaves.
Si las escamas no se desprenden con facilidad, aplique una cantidad reducida de aceite mineral o de vaselina en cuello cabelludo del bebé. Deje que el aceite mineral empape las escamas de unos pocos minutos a varias horas, según sea necesario. Luego use un cepillo suave de cabello o de dientes para extraer las escamas. Lave con champú el cabello del bebé como de costumbre.
La Asociación Española de Pediatría (AEPED) recomienda estas opciones para tratar la costra láctea:
Corticoides tópicos: los corticoides tópicos de potencia moderada son el tratamiento de elección. En pocas días, resultan muy efectivos.
Queratolíticos: se puede aplicar vaselina salicílica al 3% o 5% para diluir las escamas. También se pueden aplicar sustancias oleosas como el aceite de oliva; se dejan actuar durante una o dos horas y luego se retiran. Después, se puede aplicar una crema corticoide de potencia media.
Champús: los champús con azufre, piritionato de zinc o breas también pueden ser útiles, aunque es aconsejable individualizar el tratamiento porque potencialmente pueden ser irritativos para la piel del lactante.
Antifúngicos: dado el papel de algunos hongos en esta afección, pueden utilizarse, bien en crema o en champú, en función de la localización de las lesiones. Su acción suele ser más lenta que la de los corticoides tópicos.
Corticoides orales: en casos muy generalizados y severos, se pueden utilizar corticoides por vía oral.
El acné neonatal
La Doctora Jill manifiesta que se conoce como acné neonatal a las pústulas blancas o amarillentas que aparecen en la zona de las mejillas, la nariz, el mentón y la frente de los bebés de entre uno y dos meses de vida. Se llama también acné miliar o más popularmente como engordaderas o granitos de la leche.
El acné neonatal aparece en un 40% de los recién nacidos y se produce por la acumulación de grasa en la piel del bebé que queda atrapada en sus poros.
Son las hormonas que han sido transferidas al bebé a través de la placenta, las culpables de estimular una mayor producción de las glándulas sebáceas que causan el acné.
Los granitos no son dolorosos, ni pican. No son contagiosos ni tampoco está relacionado con la alimentación de la madre, aunque se suele creer que aparecen por la leche materna. Es posible que el bebé también presente estos granitos en la boca y en las encías a lo que se conoce con el nombre de perlas de Epstein.
En dos o tres semanas el acné neonantal desaparece por sí solo. No queda rastro de los granitos. Así como vinieron se van. No se recomienda aplicar ningún producto, ni refregar la piel del bebé ni mucho menos apretarlos pues podría quedarle marca. Basta con mantener la piel limpia para evitar que pudiera producirse una infección.
También señala que este fenómeno puede empeorar con el calor o cuando el bebé está nervioso. El acné neonatal suele desaparecer sin ningún tratamiento dermatológico unos meses después.
Consejos para cuidar la piel del bebé mientras dure el acné:
Mantén limpio el rostro del bebé:para ello, lava el rostro del bebé a diario con agua tibia y jabón suave para bebés.
Seca con suavidad: seca la piel del bebé con toquecitos suaves.
No aprietes ni frotes la zona afectada por el acné, puedes provocar más irritación o una infección.
Evita utilizar lociones o aceites en el rostro del bebé. (I).