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Trucos para evitar que los lentes se empañen al usar mascarillas

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La mascarilla se ha convertido en las últimas semanas en un complemento con el que evitar la propagación del coronavirus, pero su uso junto con los lentes plantea problemas que impiden llevarla con comodidad.

En ciudades ecuatorianas como Guayaquil o Quito incluso se sanciona a las personas que no porten mascarillas cuando circulen por las calles.

Parece muy sencillo ponerse la mascarilla, cubriendo por completo la nariz y la boca, y posteriormente, los lentes. Sin embargo, las gafas acaban empañadas, dificultando o impidiendo la visión debido al cálido aliento que escapa por la parte superior de una máscara.

Para solucionarlo, se debe doblar hacia dentro, por la parte superior de la mascarilla, un cuarto de la misma.

También se puede optar por colocar un pañuelo de papel doblado dentro de la mascarilla, en la parte superior, sobre la nariz.

Se trata, no obstante, de dos trucos que funcionan con las mascarillas flexibles, aquellas que pueden doblarse, no con los modelos más rígidos.

Otra opción es lavar los anteojos con agua jabonosa y eliminar el exceso antes de usar una máscara facial. Luego, deje que las gafas se sequen al aire o seque suavemente las lentes con un pañuelo suave antes de volver a colocarlas. Con esta acción los lentes no deberían empañarse cuando se use la mascarilla.

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Suplementos a base de vitaminas C, D y zinc son un arma importante para combatir COVID-19, según estudio

Los suplementos que contienen vitaminas C y D y otros micronutrientes, a veces en cantidades que exceden los niveles recomendados por las autoridades sanitarias, podrían ser un medio seguro, efectivo y de bajo coste para ayudar a al sistema inmunológico a combatir COVID-19 y otras enfermedades agudas del tracto respiratorio, según una investigación norteamericana.

Los hallazgos, que se han sido publicados en la revista Nutrients, han sido dirigidos por el investigador Adrian Gombart del Instituto Linus Pauling de OSU, junto con colaboradores de la Universidad de Southampton (Reino Unido), la Universidad de Otago (Nueva Zelanda) y el Centro Médico Universitario (Países Bajos). Estos expertos han señalado que los funcionarios de salud pública deberían emitir un conjunto claro de recomendaciones nutricionales para complementar los mensajes sobre el papel del lavado de manos y las vacunas en la prevención de la propagación de infecciones.

«En todo el mundo, las infecciones agudas del tracto respiratorio matan a más de 2,5 millones de personas cada año. Mientras tanto, hay una gran cantidad de datos que muestran el papel que desempeña la buena nutrición en el apoyo al sistema inmunológico. Como sociedad, debemos hacer un mejor trabajo para transmitir ese mensaje junto con otros mensajes importantes y más comunes», ha señalado Gombart, profesor de bioquímica y biofísica en la Facultad de Ciencias de la OSU e investigador principal del Instituto Linus Pauling.

Las vitaminas, minerales y ácidos grasos específicos tienen funciones clave que desempeñar para ayudar a su sistema inmunológico. En particular, la vitamina C, la vitamina D, el zinc y un ácido graso omega-3 que se encuentra en el pescado, el ácido docosahexaenoico, también conocido como DHA, son críticos para la función inmune.

«El papel que juegan las vitaminas C y D en la inmunidad es particularmente conocido. La vitamina C tiene funciones en varios aspectos de la inmunidad, incluido el crecimiento y la función de las células inmunes y la producción de anticuerpos. Los receptores de vitamina D en las células inmunes también afectan su función. Esto significa que la vitamina D influye profundamente en su respuesta a las infecciones», señala el experto.

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