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Corresponsal de disturbios

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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El ejercicio del periodismo en busca de la noticia implica un alto riesgo.

Un reportero profesional tiene una gran responsabilidad.

Por eso tiene que situarse en el medio que se desempeña partiendo de la realidad.

Los periodistas se especializan en diferentes temas.

Existen los que se encargan del área burocrática de la redacción, los que cubren las fuentes en la policía, el Palacio Nacional, el Congreso, las económicas, sociales, deportes y donde se produzcan hechos que son noticias.

Una de las fuentes más peligrosas es cuando se producen conflictos de guerras, disturbios, tiroteos y actos violentos de enfrentamientos entre la autoridad y la delincuencia.

Los grandes periódicos en el mundo y las cadenas de noticias para este tipo de trabajo de alto riesgo designan a los periodistas más capaces, de experiencia y de valor: son los llamados corresponsales de guerra.

Estos corresponsales están en el frente de batalla al fuego vivo.

Corren la misma suerte que los soldados que hacen la guerra de lado y lado.

Para hacer el trabajo tienen que ganarse la confianza de las partes en conflictos, sobre la base de la profesionalidad en el manejo de las noticias, y que se le vea como eso, un periodista profesional que cumple una misión.

Los hombres y mujeres que cubren los frentes de guerra reciben de los ejércitos las garantías que les puedan brindar dentro de las circunstancias.

Tanto los periódicos, las cadenas de noticias y las naciones donde acuden les suministran chalecos anti-balas, radio de comunicación y otros equipos para el desempeño de sus funciones en el campo de guerra.

Las guerras mundiales, los levantamientos populares, las guerrillas y los movimientos donde surge la violencia son escenarios de noticias y allí están los periodistas.

La decisión del jefe de la Policía Nacional, Mayor General Rafael Guillermo Guzmán de Fermín, de instruir para que los comandantes regionales entreguen chalecos anti-balas a los periodistas donde se produzcan acontecimientos que puedan peligrar sus vidas, es una medida aceptada que demuestra la valorización y la preocupación del jefe policial en preservar la integridad física de los comunicadores.

Esta disposición fue tomada luego de que manifestantes encapuchados disparan en Bonao a los periodistas Arquímedes Luna Valdez y Reinaldo Antonio Sánchez Marte, quienes resultaron heridos.

Los propios periodistas responsabilizaron de la agresión a los que disparaban cubriéndose las caras.

La policía apresó a Álvaro Luís Rodríguez de León y Edwin Josué Inoa Hernández, quienes admitieron los hechos.
Estamos frente a un acto de bandolerismo donde se arremete contra los periodistas a tiros limpios.

Este comportamiento de quienes se erigen en defensores de las provincias ejerciendo todo tipo de violencia, agresiones y destruyen propiedades, tiene que ser repudiado por los y las periodistas. Se debe exigir a estos denominados manifestantes que respeten este ejercicio profesional.
Nada justifica este comportamiento.

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