No creo en ofrendas de flores en memoria de nuestros nobles patriotas que nos entregaron una patria libre, soberana. Lo necesario es vivir haciendo lo que ellos hicieron. La honradez y el cuido de la soberanía. Si amamos sus hechos, debemos imitarlos y no vivir la hipocresía. ¿Se ejercita el Decálogo Duartiano y lo que él repudiaba? Al no hacerlo estamos en déficit fiscal-insalubridad-feminicidios y asaltos. Ni siquiera se está ejerciendo primero a honrarse y amarse a sí mismo, así conoceríamos a los demás. Los amores de patria siempre me conducen a los filósofos ilustres griegos, romanos y chinos, quienes se dedicaban a educar a los jóvenes a ser ciudadanos preparados para ejercer en honor funciones de Estado. Si nos buscamos a nosotros mismos aprenderíamos a ser justos y honesto en todo lo que hiciéramos, principalmente en las funciones de estado y de guardianes del bien común que se vive destruyendo para enriquecer. Es un deber moral valorado. Me permito por creerlo muy necesario definir según mi óptica en que consiste el BIEN COMÚN de una sociedad. Nadie, absolutamente nadie, puede disculparse de servir a la sociedad en la que vive de cuidar el mundo que los rodea. Bien común es el inmenso conjunto de bienes materiales y espirituales que forman el patrimonio de una sociedad. Forman parte del bien común dominicano, su geografía, sus paisajes, sus aguas, sus riquezas naturales, su nivel de vida, su capacidad de producción, sus carreteras, medios de comunicaciones, edificios públicos, etc. Los sistemas de educación y de salud, su patrimonio artístico y monumental, su historia, su lengua, su literatura, sus costumbres su folclor. Me duele cuestionarme ¿Lo que acabo de mencionar se está haciendo, cuidando? Si deforestando cauces de ríos secos-mala educación, etc. Y me vuelvo a preguntar ¿Por qué la civilización y la cultura no consiguen arrancar las malas raíces del desorden humano? Sencillamente el hombre está de espalda a la ley universal: Amar. Y de frente a la pasión avasalladora: El amor al dinero. Y todo es asunto de interese económicos. El hombre está atrapado en el inmenso error de pensar que dedicarse a ganar dinero es lo único serio, bueno, que se puede hacer en la vida. Y así es fácil corromperse: porque la corrupción está más a mano y se ofrece muchas veces por dinero. Quisiera estar equivocado. Eso me lo enseña en esta larga travesía (92 años) lo que es aprendido por los sentidos y crea la materia del conocimiento humano. Y agrego, el mal aparece solo cuando no se respeta el orden de bienes y deberes que son necesarios guardar. Concluyo. Por esto nuestro Bien Común no está Bien.
Los dejo con el filósofo Aristipo preguntado: En que se diferencian los educados de los ineducados, replico. “En aquello en que los caballos domados se diferencian de los indómitos”. Consérvense bueno-salud-alegría.
El autor es vicealmirante retirado de la Armada dominicana