¡Oh Patria! Cuanta falta nos hace vivir la Dotrina Duartiana y la Boschista. Son insaciables los políticos Marco Craso, los malos como Salvidieno y los enemigos de la Constitución como Catilina.
El pugilato en el perenne coliseo político, nos recuerda el chiste de Cicerón contra Augusto. “A aquel muchacho había que alabarlo, honrarlo y ensalzarlo”.
A los políticos no les gusta que le hablen de Gandhi. “No dejes que se muera el sol sin que hayan muerto los rencores”.
El que no aprende con sus errores, persiste en volver a repetirlos, por eso no es bueno el regreso de un perdedor que no quiere vivir sin el erario.
No es posible obtener un retrato nítido, sin retoque de un político. No transita en silencio, es veleta, habla y actúa según lo que trae el sistema y de donde viene. Camaleón, veleta en su retrato.
Duarte y la historia enseña lo que somos y debemos hacer como dominicano. Su doctrina no tiene sonido metálico, es pureza de entrega de todo, solo espera el bienestar de todas las clases sociales hermanada en DIOS, PATRIA Y LIBERTAD.
Si obedecemos, actuamos en armonía con la ley, estamos en el puerto de la dominicanidad, unidos, felices. Formarse en el hábito de la aceptación, la excusa no está incluida, no existe, es incorrecta, negativa, elimina el bienestar.
Somos hermanos de la misma tierra, aire y sol, bajo la misma bandera en dignidad del hombre solo por ser hombre de los amores de la comunidad, aplicando la ley natural que nos trae la naturaleza de ser dominicano.
La política es el arte de atender el bienestar de la ciudadanía. Es lo que ordena la Constitución.
Sócrates no le gustaba hablar de política, le dijo a Carmides: “Si no es capaz de cuidar de la ciudad bien y de engrandecerla, y fuese haragán para hacerlo. ¿No te llamaría también cobarde?
Si las leyes dan origen a todos los beneficios de la vida del ciudadano. ¿Por qué se enriquecen violando la Constitución y las leyes? ¿Por qué no hay interés cívico? No se aplica la pasión individual, comprendiendo que solo así se puede aplicar el Código de Pautas Éticas Natural y el creado por el hombre.
Si se estudia y se define lo que son las virtudes y los vicios, así también se comienza la preocupación moral que hallaría en forma definitiva la ética Duartiana y Boschista.
Dominicanos necesitamos un encuentro de todos en el gran consejo de Jesús: “Amaos los uno a los otros como yo os he amado”. PATRIA FELIZ.
Consérvense bueno: salud y alegría. El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana.