ESPN.- Tras un gol de penalti anotado por Sergio Ramos, el Real Madrid venció un gol por cero al Getafe Fútbol Club la tarde de este jueves.
Con la victoria, el conjunto merengue sumó tres puntos en la tabla de posiciones de LaLiga Santander, alejándose del Barcelona en la primera posición.
El Real Madrid acaricia el título liguero ganando hasta cuando sufre. Sostenido por dos paradas de Courtois en momentos de inferioridad en el primer acto y con un giro decisivo al partido con la entrada de Rodrygo y Marco Asensio para cambiar el panorama de un partido gris al que no encontraba soluciones. La fe de Carvajal y el acierto de Ramos le dan un impulso decisivo.
El Getafe cumplió a la perfección con su papel, recuperando la identidad del equipo precoronavirus para asfixiar al Real Madrid en su casa. El nivel mostrado por un equipo de autor, trabajado al detalle en su táctica, reivindica la figura de José Bordalás, un técnico que volará alto. Su estrategia anuló al equipo de Zidane. Sin soluciones ante la presión alta. Sin físico para igualar la intensidad que impuso el equipo azulón con su tribote.
La lección la aprendió el Real Madrid en media hora de dominio del Getafe. Esperaba un encuentro incómodo pero no hasta tal punto. Le costaba pasar del centro del campo añorando en el duelo más físico las piernas de Fede Valverde. Apostó Zidane por Modric y Kroos, tapados el fútbol blanco desaparecía. Y surgió la figura de Courtois, nuevamente salvador.
A balón parado la pizarra de Bordalás es siempre garantía. Avisó Olivera de cabeza y se lució el portero madridista a un remate de Maksimovic picado que desvió Etxeita en una nueva trayectoria ante la que respondió con reflejos Courtois. El centro del campo del Getafe mordía y robaba. Su intensidad era insostenible todo el encuentro. Los madridistas no tenían ni unas décimas de segundo para pensar con el balón.
Respondía nuevamente Courtois a un disparo de Mata que precedió la reacción a impulsos madridista. Una carrera de Mendy despertó a los suyos. Al buen centro al espacio apareció en carrera Vinicius que se lanzó con todo, pero se topó con la gran parada de David Soria. 23 minutos después el Real Madrid tenía vida. Logró ir cambiando la dinámica mientras perdía en el camino a Varane. El jugador que lo había jugado todo pedía parar, mareado por un balonazo en el rostro.
Del sufrimiento madridista su mejor lectura es que se iba al descanso con empate sin goles y tras ver a Soria intervenir ante un remate de Isco en el segundo palo. Hasta el minuto 42 no hubo una oportunidad de correr en conducción de balón para Vinicius. El ataque madridista no existió porque nunca superó la presión.
Nada cambiaría con el arranque de la segunda mitad. El Getafe mantuvo su identidad y solo le faltó el gol para poner el broche a su gran partido. Lo acarició Mata tras un grave error de Mendy en salida de balón pero el balón acabó en la parte alta de la red tras acariciar el travesaño.
Pocos partidos más grises han firmado en el Real Madrid Isco y Vinicius. Sus cambios modificaron la cara al equipo. Zidane tardó en ver que necesitaba abrir el campo, jugadores a su pierna natural en cada banda. Con Rodrygo le cambió la velocidad a su juego cuando en el Getafe comenzaban a flaquear las fuerzas y Asensio desequilibró.
Cuando más la buscaba el líder apareció la carrera de Carvajal y Olivera se comió su recorte. El penalti claro no lo desaprovechó Ramos a once minutos del final, máximo goleador madridista tras el parón. No quedaba fuelle al Getafe para más. El golpe a la Liga de mayor sufrimiento, ya estaba asestado.
REAL SOCIEDAD 2, ESPANYOL 1
San Sebastián.- La Real Sociedad jugó con fuego en su partido ante un colista Espanyol que le puso contra las cuerdas durante muchos minutos y que se adelantó en el marcador para sucumbir, en una remontada firmada por William José y Alex Isak, y permitir el primer triunfo tras el parón de los guipuzcoanos.
Empezó bien el cuadro donostiarra con un fútbol que recordaba al que hace meses le catapultó a ser la revelación de la competición y, en una de sus primeras llegadas, incluso marcó un bello gol de Willian José, a centro de Monreal, que el árbitro anuló por un fuera de juego ajustado.
Esto le sirvió para espabilar a un Espanyol que apuraba en San Sebastián sus escasas opciones de salvación, mas matemáticas que reales, hundido en la tabla en el debut de Francisco Rufete en el banquillo, y en su primera subida al ataque se adelantó en el marcador.
Un saque de esquina que los locales generó el tanto periquito, el despeje defensivo dejó el balón para los de Barcelona, llegó a las botas de Embarba y éste midió su centro milimétricamente para que David López, rodeado de contrarios, evitara la intervención de Moya, que volvía al equipo más de seis meses después de su última actuación.
El Espanyol defendió con uñas y dientes su preciada ventaja, cedió la iniciativa a una Real que no encontraba ni la forma, ni el camino, ni la actitud necesaria para doblegarle, aunque a la media hora de juego entre Januzaj y Llorente enviaron el balón al larguero de Diego López.
La mala fortuna persigue al equipo donostiarra en este final de temporada comprimida y su mejor jugador en los últimos partidos, el belga Januzaj, se lesionaba al filo de descanso, lo que dio entraba a un Martín Odegaard entre algodones para poder llevar mayor peligro al área catalana.
Pintaban muy mal las cosas para los guipuzcoanos pero en la segunda mitad su fútbol revivió con Odegaard y con un Oyarzabal que en el minuto 56 se hizo con un balón al borde del área grande del Espanyol y conectó una vez más con William José, al que esta vez sí validaron su gol, décimo de la temporada.
OSASUNA 2, EIBAR 0
Al Eibar le tocará seguir sufriendo tras caer en Ipurua ante un Osasuna que antes de este partido tenía ya la permanencia en el bolsillo y que ahora puede permitirse incluso el lujo de soñar con Europa. Los armeros nuevamente se vieron sorprendidos con un gol tempranero y luego fueron incapaces de someter a un rival que en líneas generales fue mejor y que sentenció el partido cuando parecía que los armeros podían optar a un empate que no hubiera sido malo.
Apenas habían transcurrido cinco minutos cuando Enric Gallego ganó por arriba un pelotazo largo que prolongó a la espalda de la defensa armera para la carrera de Arnáiz, que fue derribado entre Bigas y Róber Correa al borde mismo del área. Falta golosa que Rubén García aprovechó para poner el balón por encima de la barrera ante la mirada impotente de Dmitrovic. De nuevo a remar contracorriente.
El problema para los de Mendilibar es que enfrente se encontró a un rival bien armado, ordenado y con las ideas claras que apenas dejó opciones al Eibar. No obstante, un grave error de David García en una cesión a su portero le pudo costar caro a Osasuna porque Pedro León robó el balón, regateó a Sergio Herrera, aunque salió trastabillado y en su intento de marcar a puerta vacía terminó disparando al lateral de la red completamente desequilibrado. Kike García y Mendilibar pidieron cartulina para el meta osasunista, pero ni Munuera Montero sobre el césped, ni Álvarez Izquierdo en el VAR lo vieron así.
Salvo ese despiste Osasuna tuvo siempre el partido bajo control. El equipo guipuzcoano lo intentó con centros de De Blasis y Pedro León, pero faltó precisión ante un rival en el que Aridane y David García lo despejaron todo. El equipo navarro además, no sólo se defendió, sino que intentó salir a la contra con balones a la espalda de Oliveira y Bigas. Arnáiz lo intentó con un disparo que se fue ligeramente alto y Nacho Vidal lo probó antes del descanso, viendo como Dmitrovic sacaba una buena mano que evitaba el segundo para el Eibar.
No hubo variaciones en la reanudación en la que Osasuna siguió teniendo el partido bajo control, dando incluso mayor sensación de peligro con el balón en sus pies. Visto lo visto Mendilibar decidió mover el árbol y buscar soluciones en el banquillo introduciendo a Diop y Enrich por Cristóforo y Charles.
Sin embargo el Eibar no consiguió meterle una marcha más al partido a pesar de que tuvo el empate en un magnífico centro de Cote que Kike García cabeceó a bocajarro a los pies de Sergio Herrera, que en un alarde de reflejos logró sacar el balón.
Parecía que Osasuna podía pasarlo mal en el tramo final, pero en una contra Roberto Torres lanzó a Cardona y el exarmero habilitó con un buen pase a Rubén García, que batió a Dmitrovic en su salida sentenciando el partido.