La Ley de Partidos Políticos no es un retrato de Nicolás Maquiavelo. “En un gobierno bien constituido, las leyes se ordenan según el bien público y no según las ambiciones de unos pocos”.
El político promete amando el poder y olvida lo prometido cuando ya no necesita el voto. Nos recuerdan a Aristóteles: “El agradecimiento envejece rápidamente”.
Los libros han sido y son mis eternos maestros.
Los que los grandes pensadores dejaron escrito era un análisis de lo sucedido, lo que estaba sucediendo y lo que estaría por suceder. Pasan siglos y esos escritos son descripción de lo que hoy estamos viviendo.
La lectura también nos presenta acontecimientos que estaban ocultos, es lo que la humanidad ha vivido y se conserva en los libros.
Cuando yo leía en la Biblioteca del ingeniero Don Félix Benitez Rechaud, en su villa Baggatelle, Cannes, Francia, 1963, y en la biblioteca pública de Cannes, era más que un gozo, sentía alegría, cosas lúcidas, luminosas, eran los grandes filósofos maestros que enseñaron el camino para el bien vivir. Cuando leí la historia del filósofo Epicteto veía una iluminación, realización, un camino de transformación de un joven esclavo a un gran exponente de la filosofía estoica. Yo sentía, veía un inmenso trabajo, constante disciplina. Cuando leo la disertación de Epicteto acerca de Dios, realmente la mente se ilumina y la razón se fortalece.
Hoy a los 91 años estoy inundado de alegría, felicidad. Es la mente recordando las distintas lecturas que nos hacen vivir bien. Cuando la mente me presenta la escuela estoica me veo alumno grabando en las neuronas esa sabiduría y llego a pensar que es lo que ha hecho camine esta dura, larga travesía.
La buena lectura es vida, fortalece el pensamiento del carácter y lo guía formando los difíciles caminos de nuestra naturaleza. Se crea el mejor hábito. El de las buenas costumbres. La lectura nos entrega un universo que está oculto. Todo lo que el hombre ha realizado está grabado. Leer es ejercitar el espíritu, es viajar en el tiempo de los iluminados que los siglos dan más vigencia a sus enseñanzas. Mi bitácora en gran parte son los pensamientos que me agradaron, en sí los que me enseñaron, impresionaron enseñándome a vivir. Mis libros están marcados y al volver a leerlos tengo nuevas paciones.
Mahatma Gandhi me puso a meditar una noche del año 1944, en el Ateneo de Macoris del río Higuamo. “La alegría está en la lucha, en el esfuerzo, en el sufrimiento que supone la lucha, y no en la victoria mimas”. Ese único hombre conjugó el sufrimiento, el amor y libertó a la India del cruel usurpador inglés.
Me permito concluir con la vivencia del cumplimiento del deber. Llena de sentido la vida y el trabajo del individuo, proporciona la más alta satisfacción a la conciencia. Por eso el filósofo Zenón de Citio enseñó a sus alumnos “que solo es feliz el que cumple con su deber”. A la entrada de su escuela se leía el lema: EL DEBER.
Consérvense bueno-salud-alegría. El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana