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Meditabundo: El delito: El peculado

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A los elegidos legisladores

Soy un anciano en el camino a los 93 veranos, gracias a Dios. Las oxidantes neuronas continúan con los sueños despiertos del buen vivir. Han pasado años repudiando el delito Peculado de senadores y diputados. Hoy vivo la firme fe que esa desvergüenza será aborrecida por ustedes que saben por qué el pueblo los elige para ocupar los puestos de que consta el Parlamento. Vemos la honra en los curules.

Uno de mis sueños despiertos, el primero es el cambio eliminando el sistema de partido político de intereses económicos que trata de llegar al poder y mantenerlo con el fin primordial de preservar los beneficios económicos que su ejercicio proporciona a sus adherentes.

¿Qué es el peculado? Delito que comete el funcionario que tiene a su cargo la administración de fondos del tesoro público, cuando hurta caudales que son parte de esos fondos. Es la ausencia del sentimiento penoso de la propia indignidad, acomodada por la falta compelida, deshonrosa. En sí una acción sinvergüenza que llena carteras y bolsillos de millones de pesos. Sé que ustedes saben lo que es el Peculado, que el doctor Rafael Molina Morillo llamó “El funesto barrilito”. Lo es descrito porque la patología Política nos lo exige. El Peculado es contrario a la Ley Divina.

También soñamos que no se aceptara el “Poder frena Poder” que Montesquieu en su obra El Espíritu de las Leyes repudió.

Esto dará paso a que la última Reina que fue expulsada de la tierra, la de la justicia, regresara a esta tierra de Dios-Patria y Libertad, y se dará vida al enunciado 5 del Decálogo Duartiano.

5-Considera a la política como una de las más nobles actividades humanas. Ejércela con desinterés económico, justicia y patriotismo.

Con el debido respeto y mejores deseos les presento a nuestro siempre presente Padre de la Patria Juan Pablo Duarte. En una carta a José Gabriel García: “El amor a la Patria nos hizo contraer compromisos sagrados para con la generación venidera; necesario es cumplirlos, o renunciar a la idea de aparecer ante el tribunal de la Historia con el honor de hombres libres, fieles y perseverantes”.

Consérvense bueno. Una alegría-amor-aceptación-bendición-agradecimiento. Estos son las cinco actitudes de Dios.

El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana.

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