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Meditabundo: Cosas de nuestra senectud

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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Néstor Julio González D.

La televisión nos presenta los graves males en tantos lugares donde la familia dominicana perdió la paz. Jóvenes perdidos en la droga, asesinato, robo y asalto, que nadie al salir de su hogar se siente seguro. Esto no lo acepto por la pobreza, es la ausencia de la tutela, el pobre es el primero que debe cuestionarse. Lo peor de una sociedad es que un joven crezca sin el cuido paterno, es un huérfano con un padre vivo. La madre sufre, trata de hacer todo lo posible por educar a su hijo, pero hoy la educación escolar pieza material y males que antes no eran de esta tierra están enfermando la juventud. La droga, esa palabra no recuerdo haberla oído mencionar cuando éramos jóvenes; solo está mal, pero, se me presenta el sicariato y ves a un joven matar a un militar o policía, solo para quitarle el arma, es para nosotros sumamente alarmante, peligro en grado óptimo. Así estamos.

Tenemos pleno conocimiento que la educación material no forma el carácter. Tampoco hay comunicación de la escuela y el padre. Hace días vimos por la televisión un pleito en un aula de una escuela pública. ¿Dónde están los maestros? Pienso no son maestros, la irresponsabilidad lo dice, maestros en la calidad más baja de la naturaleza material, la ignorancia. El hombre que tiene conciencia espiritual no será controlado por las moralidades de la naturaleza material. En esa escuela no hay conciencia espiritual y por eso no se forma el carácter del estudiante. La juventud es la victima de esa educación sin los conocimientos de los buenos hábitos para vivir.

Cuando un grupo de hombres se siente con el derecho de linchar a uno que comete un crimen, nos dice que esos perversos no creen que haya justicia. Ellos se creen ser la justicia y peor es no ser esos linchadores en mano de la justicia. Esto nos recuerda que el abuso del gran jurista, escritor, filósofo estoico Marco Tulio Cicerón, le dijo. “Cuando en Roma gobiernen los hombres y no las leyes, el imperio se derrumbará”, y eso sucedió. Esa Roma sabía que cuando Julio César se disponía a violar la Constitución, la alababa.

Condujo viendo universalmente al hombre actuando de espalda a las leyes de su propia creación. Es el gran mal que ha existido desde que el ser humano existe.

Nuestro invitado: S. Ramón y Cojal “!Maestro! Hay realmente en la función docente algo de la satisfacción altiva del domador de potros; pero existe también la grata curiosidad del jardinero, que espera ansioso  la primavera para reconocer el matiz  de la flor sembrada y comprobar la bondad  de los métodos de cultivo”.

Las neuronas envejecientes nos recuerdan y le presento a Shakespeare. “Si a cada cual se le diese su merecido, ¿Qué hombre podría escapar al látigo?

Consérvense bueno: salud – alegría. El autor de vicealmirante retirado de la Armada Dominicana.

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