En un país donde las instituciones gubernamentales se han debilitado a un grado tan vergonzoso que la palabra “corrupción” tiene menos impacto y valor que un agotado cliché, debo decir que temo por su vida.
¿Quién o qué garantiza la integridad física de cualquiera de los miembros del Colegio Médico Dominicano, quienes en su justa lucha por el merecido aumento de sueldo pueden ser víctimas de un desalmado?
Luego de estudiar cuidadosamente los videos que demuestran los enfrentamientos injustificados entre ustedes, los médicos y los policías, he llegado a la conclusión de que existe mucha vulnerabilidad para que un “error” acabe con su existencia.
Dada su valiente ofensiva, debo recordarle que en cualquier campo de batalla, para debilitar el ímpetu y pasión de los seguidores, sólo hay que eliminar al líder, en la forma que sea.
De hecho, le recomiendo que nunca más tenga contacto físico con la policía, pues entre el humo de las bombas lacrimógenas, el caos, el estribillo: “Sin atropello, sin atropello, sin atropello” donde usted pierde su posición estratégica entre la multitud, cualquier detonación, hasta de un neumático, puede alegrar un gatillo. Y después del tiro da’o, nadie se lo quita.
Luego de una situación semejante, el lamento de la pérdida dura apenas algunos días, y por la magnitud del hecho, es muy posible que inclusive seamos testigos de uno de los mejores discursos jamás dado a mortal alguno.
Y después de ahí, Dr. Suero, usted podría pasar a la lista que conforman Amin Abel Hazbun, Sagrario Díaz, Orlando Martínez, Gregorio García Castro, Narcisazo.
En palabras de pueblo: en cualquiera de esas marchas se podría infiltrar cualquier “policía” el cual, de repente “se puso nervioso” o “quedó poseído por San Pólvora” y le mete un balazo al más cercano. Días después, aparece más de un director de medio con la publicación hasta del “historial psiquiátrico” del joven policía, y como es pa’lante que vamos en éste gobierno, el estado mental sería algo para tomarlo en cuenta en futuros integrantes de los cuerpos castrenses.
Existen otros métodos mucho más vulgares y cualquier agente del G2, J2, DNI o del ABC-PLD le puede proveer una larga lista para su propia evaluación.
Dr. Waldo Ariel Suero, usted bien sabe que lamentablemente, en el modelo social del momento, la mayoría de nosotros tiende a olvidar la verdadera causa de una protesta semejante y por lo tanto el recurso puede revertirse en su contra.
El gobierno sí puede jugar al tiempo y gran parte de la población; lamentablemente, sólo entiende que necesita atención médica y que los médicos están en huelga, entonces mi siguiente recomendación es que usted cambie los métodos de lucha que hasta ahora ha implementado.
Como hasta Agripino Núñez Collado y algunos Obispos quieren intermediar, creo más efectivo combatir al gobierno en su propio terreno y esto es en los medios de comunicación. Vuelvan a los centros de trabajo, pero ésta vez doten a su personal con cámaras de video, usen hasta sus celulares, y sin violar ningún principio Hipocrático, demuéstrenle al pueblo la importancia por la cual nuestros médicos no deben trabajar con tanta tensión y lo imprescindible de tener equipos y material gastable en los hospitales.
Estoy seguro que el dominicano alrededor del mundo le dará mayor apoyo cuando sea testigo de los gritos que da el ser humano cuando le taladran el fémur sin anestesia, porque no hay para luego instalarle un clavo. Y eso no es nadita de raro en el Darío Contreras.
Ofrézcanle un paseíto por nuestros hospitales a la valiente Nuria Piera, Alicia Ortega, al Gobierno de la Tarde y con invitación VIP al equipo completo de Cesar Medina, Con Freddy y Punto, al Gobierno de la Mañana, y a los directores de medios escritos comenzando por El Nacional.
Pero, también inviten a las salas de cirugías del Moscoso Puello y del Padre Billini a Reynaldo Pared Pérez para que entienda lo que significa ser presidente de un Senado, a Julio Cesar Valentín para que aprenda a pisar en la tierra y se motive en vender su colección de finos relojes y done el dinerito para pagarle un año completo a un Cardiólogo y comprar anestesia por dos meses en ambos hospitales.
Inviten al resto de Senadores y Diputados, aspirantes a Diputados, y a los presidentes de los Partidos Políticos. Casi se me olvidaba, inviten al mismo presidente Fernández para que se recuerde a qué huele un hospital de pobres. Y luego, una entrada gratis al mismo Cardenal para que reafirme que el Diablo habita en esos lugares, y a la vez sea testigo de la carencia de equipos y del sudor y dificultades que ustedes pasan para brindar sus servicios al pueblo.
Convoquen a todos los medios de prensa nacionales que no han sido permeados por el gobierno, a las cadenas internacionales como CNN, BBC y EFE, entre otros.
Les aseguro que cuando todos respiren el hedor a llaga por la falta de ventilación apropiada, cuando escuchen el horroroso grito que ladran los pobres diablos cuando una bala perdida los encuentra mal parados, durmiendo en su propia cama, y llegan a estos “centros de salud”, creo que hasta el temible, frío y calculador Temístocles Montas se une a las huelgas. Y sólo cuando la prensa internacional sea testigo de sus precariedades y estos a su vez lo hagan de conocimiento público, el problema comienza a acabarse, y ustedes preservan su integridad física.
