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Meditabundo: Cortos de nuestra larga travesía. 92 veranos

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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Nuestra historia nos entrega al único generoso que entregó al servicio de la Patria sus propios intereses. Nuestro bien merecido llamado Padre de la Patria Juan Pablo Duarte.

El sistema  político necesita la ablución: la pura limpieza del espíritu.

Si el ser humano se domina a sí mismo, elimina los propios intereses como una ofrenda a la sincera amistad.

En la vida el que ejerce el apego excesivo a los bienes terrenos hace peligrar seriamente su suerte futura.

La corrupción contra el erario público es una abominación, un hecho reprochable en materia moral.

Moises fue el primero que proclamó que todos los seres vivientes de la tierra por naturaleza eran libres.

Sentimos que la libertad espiritual, mental y corporal es indispensable, sumamente necesaria al ser humano.

La historia de la humanidad del hombre ha sido capaz de destruir las más sanguinarias tiranías. Hemos tenido tres tiranos: Pedro Santana, Ulises Hereaux y Rafael Leónidas Trujillo Molina. Pensamos que las tiranías se repiten por el olvido de la experiencia penosa. Creemos que el filósofo Aristóteles lo que escribió fue pensado en el olvido de un pasado horrible. “Los pueblos que no aprenden  las lesiones de la historia están condenados a repetir sus errores”. Aquí estamos en eso errores antipatria.

En el sistema político de intereses económicos no existe la máxima: La unidad entre pensamiento, palabra y acción.

Esto lo aprendí leyendo a Juan Pablo Duarte y la Historia y a Ulises Francisco Espaillat. Lo viví en ejecución en el gobierno democrático del Profesor Juan Bosch. El golpe de Estado al Presidente Juan Bosch fue la muerte de la democracia. La correspondencia era la legitimación de su pensamiento, la prueba de que su contenido era verdad. La carta que escribió el Presidente Juan Bosch en su cautiverio en el Palacio Nacional el 26 de septiembre de 1963 nos entrega su pureza moral espiritual e inquebrantable dignidad. Majestuoso, valioso escritor, pese a que era “cascarrabias” no sabía lo que es la apatía. El doctor Balaguer era un firme apático.

Consérvense bueno. Una alegría, amor, aceptación, bendición y agradecimiento totales. Estas son las cinco actitudes de Dios. El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana.

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