Dentro de los que participan en la política en la ciudad de Nueva York y sus condados están los latinos que representan a sus grupos étnicos. Y así, en estos conglomerados de inmigrantes de diferentes países, los dominicanos también tenemos quienes nos representan en los diversos estamentos públicos de la Gran Manzana. Y siendo justos en nuestra apreciación, hemos sido exitosos y triunfadores per se. Para orgullo de nuestra raza en esta nación y que debiera serlo también para nuestros compatriotas en nuestro lar de origen, donde no se nos reconocen casi nunca los méritos cosechados y por el contrario, los compatriotas nos endilgan responsabilidad en muchos de los males que aquejan al país.
Tenemos Concejales, Oficiales, Jueces, Comisionados y Asambleístas, que es el nombre que tienen aquí los diputados en el Estado de Nueva York y que son quienes en el congreso de Albany, la capital, los que representan a sus comunidades a la hora de establecer leyes que puedan afectar o no a los grupos de ciudadanos representados. Y al igual que los concejales (regidores) son elegidos por los residentes con derecho al voto, en los diferentes condados en donde la diáspora acude a ejercer el sufragio por sus preferidos en elecciones cada cierto tiempo. Donde los dominicanos, han resultado ganadores en los comicios, superando a otros de mayor experiencia por ser originarios de aquí. ¡Los nuestros, nos han llenado de orgullo con sus participaciones!
Como comunidad joven, – puede decirse así- que somos los originarios de Quisqueya en esta nación, ya que dentro de las diásporas existentes no somos la más vieja en establecernos en la ciudad de los rascacielos, hemos avanzado de forma galopante y muy positiva diría yo, si se toma en cuenta el desarrollo político de nuestros líderes. Y hoy contamos con representantes en casi todos los estamentos del Estado. Esto, si se mira objetivamente, es un record, por tratarse de gente humilde que han emigrado por razones económicas y que no gozan de haberes abundantes como se necesitan para participar en la política ¡y más en este país!
Teniendo también el hándicap en nuestro haber, de no poseer la ciudadanía americana, que es la que da el derecho al voto durante muchos años, no pudimos aspirar a dirigirnos y nos representaban los puertorriqueños que gozan del status de ciudadanos. Pero de un tiempo a esta parte, y con la avalancha de nacionalizaciones y una generación nueva nacida aquí, con derechos de jus solis, pero teniendo el jus sanguini de la doble nacionalidad y el gusto por herencia de la participación política, muy común en los dominicanos, ya hemos logrado diversos escaños en posiciones publicas de orden electoral ¡y eso es de suma importancia para nosotros!.
Entre los que nos representan, hemos tenido figuras emblemáticas de nuestra comunidad en la ciudad de Nueva York. Y también políticos jóvenes que se han lanzado al ruedo en la búsqueda de ascender en el status social que estas posiciones, cuando son ocupadas con acertada laboriosidad en beneficio de los representados, elevan socialmente a quienes logran llegar a ellas. De esto, hay varios casos de dominicanos, ejemplos para quienes lo siguen y que sirven de paradigmas para sus conciudadanos y para aquellos, que van detrás de sus pasos en la política vernácula de Nueva York.
También hemos tenido nuestras fallas como es natural y esto no es exclusivo de los dominicanos, ya que entre los de las otras diásporas existen quienes han cometido sus faltas graves y por esto no puede sindicárseles generalizándolos como fracasados. Ya que al igual que con nosotros, son más los ejemplos positivos que los negativos en quienes nos han representado. Ahora mismo, se encuentran enfrascados en la lucha electoralista varios de los políticos nuestros en la ciudad de Nueva York. Y pienso, que con relación a los de las otras comunidades, estamos mejor representados en los comicios por venir. ¡Eso pronto se verá y podrá definitivamente comprobarse!
Pero quiero referirme específicamente a un joven triunfador, quien nos está representando dignamente como asambleísta (diputado) por el Bronx. Una comunidad que en lo referente a participación de residentes en ella, los dominicanos hemos avanzado bárbaramente y de forma extraordinaria en los últimos años. Logrando posicionarnos como los principales que aspiran a cargos electivos y eso que los boricuas nos llevan muchos años de ventaja. Es que el ejemplo de Nelson Castro, joven ejemplar de la comunidad, ha motivado que se lancen otros de nuestros conciudadanos oriundos o nacionalizados aquí, y el panorama político de este condado se está diversificando para bien de toda la diáspora hispana. Hasta mujeres de origen dominicano hay aspirando a los cargos electivos.
Pues Castro, quien emigró hacia este país pequeño, ya que no nació aquí, ha demostrado que ser dominicano no es un inconveniente. Sino que preparándose y luchando con ahínco, contra viento y marea, ha sabido aprovechar las oportunidades que le ha brindado esta gran ciudad. ¡Y de qué forma! Nelson es hoy por hoy, el primer dominicano en el Bronx que ha logrado posicionarse como asambleísta en este condado, que era predominantemente puertorriqueño y afroamericano. Y como inteligente y humilde que es, ha sabido ganarse el aprecio y el apoyo de todos los grupos étnicos. Basándose en trabajo serio y dedicado a su comunidad, haciendo el bien a todos los que representa, no importa su origen o raza.
Pero no se ha dormido en sus laureles, cosa común en los políticos, ya que este muchacho Quisqueyano de origen y casta, no cesa en la búsqueda de soluciones a los más diversos problemas para beneficiar a su gente, como él dice. Y no ha sido sectario en su posición, siendo amable y atento con todo el que lo requiere y necesita, no importa de dónde proceda, él le busca la vuelta y trata de resolver lo que le solicitan. Por eso se ha elevado hasta la cúspide y seguirá mucho más allá, pues no se pierde en sus actitudes. Demostrando con hechos tangibles, la seriedad con que realiza su trabajo de representarnos a todos en el condado del Bronx en la ciudad de Nueva York. Nelson, es un orgullo para los dominicanos, tanto de los de aquí, ¡como debiera ser de los de allá!
El solo hecho de que los que procedemos de Quisqueya contemos con un asambleísta de la talla de Nelson Castro en el Bronx, que con trabajo y humildad ejemplariza, ya nos garantiza que en esta comunidad preñada de compatriotas, por lo menos los derechos de los nuestros se harán respetar ante las autoridades principales del Estado. Y es que esto es lo que debe buscar todo aquel que representa a un grupo étnico, hacer un trabajo ejemplar para que se considere a sus representados y lograr que acertadamente lo haga como lo ha estado haciendo este dominicano, ¡convertirse en un triunfador en beneficio de los demás. Como Nelson Castro, lo ha hecho in the Bronx!