Comienzo el día leyendo la oración por los enfermos escrita por el sacerdote Emiliano Tadif m.s.c, y me reí de mí mismo al no tener a manos los espejuelos, y recordé al médico Hipócrates refiriéndose a la vejez: “Está sujeta a dificultades en la respiración y en la orina: a toses catarrales, dolores nefríticos, estangurrias, a vahídos y apoplejías, pruritos por todo el cuerpo, y vigilias. El vientre, los ojos y las narices se llenan de serosidades, la vista se oscurece y apaga, y el oído de pone duro”. Hizo observaciones sobre los efectos del clima, el agua y el ambiente para la salud general.
El juramento une el amor y la ciencia, es una joya de humanismo, y vuelvo como comencé, a reír, al decir el sabio Hipócrates: “El médico receta y el cielo cura”. “Un trago de vino aplaca el hambre”. “Los hombres obesos corren mayor peligro de morir súbitamente que los flacos”. “Que la comida sea tu alimento y el alimento tu medicina”.
Me detuve y pensé en la verdad de Hipócrates y en la pureza espiritual de Mahatma Gandhi: “La impureza del espíritu es más peligrosa que la impureza del cuerpo. A fin de cuentas, ésta es un signo de aquella”. “La enfermedad debería ser para el ser humano ocasión de avergonzarse, pues siempre pone de manifiesto una carencia”. “Quien está totalmente sano de cuerpo y alma no padecerá ninguna enfermedad”. “También los malos pensamientos son indicio de una enfermedad. Evitemos, pues, también los malos pensamientos”. “Quien es verdaderamente puro en su fuero interno no puede ser exteriormente impuro”. “Un pensamiento puro está sutil y, a la vez, tan poderoso que lo impregna todo”.
Amable lector en nuestra juventud fui un asiduo lector y copiador, hoy en la vejez, 93 veranos, nos encanta entregar con el pensar que todo está escrito.
Consérvense bueno unidos a las cinco actitudes de Dios. Una alegría, amor, aceptación, bendición y agradecimientos totales. El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana.