Existe alivio y cierta alegría en la comunidad inmigrante y sus defensores, debido a la propuesta de una reforma migratoria que ha sido introducida en el congreso, por el recién juramentado Presidente Joe Biden. Durante su campaña hizo del tema migratorio una prioridad, y lo ha demostrado, escogiendo la reforma migratoria como uno de sus principales temas en los primeros días de su mandato.
Se espera que el nuevo presidente pueda deshacer cientos de normas, a través de órdenes ejecutivas, emitidas por la administración anterior. Si bien esto es un gran esfuerzo para lograr en un corto período de tiempo, dada la drástica cantidad de cambios realizados por la Administración Trump, el plan del Presidente Biden, señala el compromiso de honrar nuestra historia de inmigración.
Los defensores de los derechos de los inmigrantes entienden que no será fácil deshacer algunas de esas políticas de la administración anterior, sin embargo, se mantienen optimistas.
A pocos días de haber presentado su propuesta, el Presidente ya enfrenta críticas de los partidarios de la pasada administración.
Algunos legisladores republicanos desde ya se oponen al plan del Presidente Joe Biden, argumentando que sería una amnistía masiva para las personas que están ilegalmente en los Estados Unidos, lo que indica que la medida presentada por el presidente enfrentará una pelea feroz en el congreso, que está siendo controlado por los demócratas por el menor de los márgenes.
El senador por Iowa, Chuck Grassley, el republicano de más alta jerarquía en el comité judicial del Senado, indicó “una amnistía general sin garantías y sin ataduras no tendrá un buen comienzo.”
Con órdenes ejecutivas, el nuevo presidente ha protegido a los ‘soñadores’, revocó la orden del Presidente Trump de impedir que los no ciudadanos fueran contados en el censo, anuló la orden que presionaba con esfuerzos agresivos a encontrar y deportar a los inmigrantes ilegales.
Así mismo, terminó con el impedimento de entrada para personas de varios países predominantemente musulmanes, y detuvo la construcción del muro.
Bajo la posible legislación, aquellas personas que viven en los Estados Unidos sin estatus legal, al 1ero de enero del año en curso, podrían aplicar por un estatus temporal con la habilidad de solicitar una residencia después de 5 años, si pasan las verificaciones de antecedentes, han pagado sus impuestos y completan otros requerimientos básicos.
Luego que tengan la tarjeta de residencia, podrían buscar la ciudadanía tres años después. Los soñadores, los titulares de TPS y los trabajadores agrícolas pudieran hacerlo inmediatamente bajo la legislación propuesta.
La legislación además reformaría el sistema de inmigración basado en los lazos de parentesco, eliminando los retrasos en los tiempos de espera, incrementado los límites de visa por país y permitiendo que los inmigrantes con visas aprobadas puedan reunirse temporalmente con sus familiares en lo que esperan que les llegue su fecha de prioridad para obtener su residencia permanente.
La legislación también aumenta las visas de diversidad de 55,000 a 80,000, así como elimina los atrasos en las visas de trabajo y reduce largas esperas. Por último, entre otras cosas, eliminaría la fecha límite de un año para presentar peticiones de asilo.
La recién juramentada Vicepresidente, Kamala Harris, indicó al ser entrevistada por una cadena de televisión de habla hispana, que la administración del presidente Biden planea otorgarles tarjetas de residencia automáticamente a los inmigrantes protegidos bajo los programas de TPS y DACA. Como también, agregarían más jueces para lidiar con la acumulación de casos de inmigración.
No es menos cierto que los EE. UU. necesita una reforma migratoria exhaustiva y completa, que requerirá del congreso el pasar una ley que el recién Presidente electo pueda firmar. Después de más de cuatro años de estar temerosos y asustados, tienen ahora paz y esperanza.
La administración Biden-Harris, está ofreciendo soluciones creativas para modernizar nuestro sistema de inmigración, priorizando el aumento de nuestra economía, reuniendo familiares separados por atrasos en las disponibilidades de visas y creando un camino a la residencia para los soñadores y otros.