Por lo general, las personas creen que corren más riesgo de sufrir lesiones en los ojos en sus sitios de trabajo. Pero una encuesta realizada por la American Academy of Ophthalmology (AAO) y la American Society of Ocular Trauma (ASOT) acaba de contradecir esta creencia.
De acuerdo con la Eye Injury Snapshot, una reciente encuesta clínica anual de lesiones oculares, llevada a cabo a nivel nacional entre el 17 y el 24 de mayo, encontró que cerca de la mitad de los 2.5 millones de lesiones de los ojos que se reportan en el país ocurren en casa. Los lugares más comunes: el jardín, la cocina y el garaje.
"Hay tareas cotidianas o proyectos en el hogar, ya sea de reparación o de trabajo en el jardín, que a menudo pueden poner en riesgo los ojos», destaca el doctor Alejandro Espaillat, oftalmólogo del University of Miami Hospital.
"La simple tarea de colgar un cuadro puede poner en riesgo los ojos. Al martillar, algunas veces saltan partículas de metal que viajan a gran velocidad y pueden incrustarse en la retina», cita como ejemplo.
"La gente muchas veces no se da cuenta, y aunque experimentan irritación y molestias lo dejan sin tratar, cuando una de las consecuencias de este tipo de accidentes puede ser una enfermedad conocida como siderosis, que es la descomposición del metal dentro de la retina, la cual puede llevar a su desprendimiento», explica el especialista.
Otros casos comunes que Espaillat ve a menudo en su oficina son ocasionados durante las sesiones de ejercicios aeróbicos en casa, cuando se usan las llamadas bungee cords o elásticos para ejercitarse.
"Si no se agarran de acuerdo a las instrucciones pueden saltar y golpear el ojo», destaca.
El mal uso de herramientas de carpintería o de jardín, así como de objetos de uso diario, entre los que Espaillat menciona cuchillos, tenedores, bolígrafos y lápices puede terminar en una lesión del ojo.
Desafortunadamente, las víctimas más frecuentes de estos accidentes son los niños, de acuerdo con el doctor David W. Parke II, CEO y vicepresidente ejecutivo de la AAO.
La recomendación para los padres es brindar la supervisión adecuada, buscar y eliminar riesgos potenciales para la visión y dar ejemplo de buena práctica para la seguridad de los ojos, tanto en la realización de tareas como en las actividades de diversión en la casa.
"Hay que volver a las reglas básicas de educación en la mesa: los cubiertos son para comer y no para jugar, y es peligroso jugar a lanzarse lápices o juguetes de puntas afiladas», cita como ejemplo Espaillat.
Al igual que el trabajo de carpintería, el del jardín expone los ojos al riesgo de lesiones con ramas que pueden cortar la córnea y producir abrasiones, infecciones y hongos en los ojos.
"No es buena señal seguir sintiendo molestias pasadas tres horas del incidente, hay que usar la prudencia y buscar atención médica», advierte.
Los jabones y los líquidos de aseo usados sin precaución se pueden convertir en otro foco de peligro. Si caen accidentalmente en los ojos pueden producir quemaduras de la córnea.
"Una medida inmediata es colocar a la persona bajo la ducha y lavar completamente el ojo para reducir la reacción al Ph de la sustancia; después, acudir a la emergencia», aconseja.
El 90 por ciento de estas lesiones, no obstante, podrían prevenirse si se hace uso del sentido común, aseguran los especialistas.
En un esfuerzo por combatir las estadísticas de lesiones oculares, la AAO y la ASOT recomiendan, además de la debida precaución, que se tenga en casa al menos un par de gafas protectoras aprobadas por el American National Standards Institute (ANSI) y que se usen en los proyectos y actividades en los que peligren los ojos.
Las dos organizaciones también han puesto en marcha una campaña de anuncios públicos de protección de los ojos. Algunos de ellos tienen como protagonista a Norm Abram, maestro carpintero de las series de PBS This Old House.
El principal consejo de los especialistas: vea a un oftalmólogo o vaya a la sala de emergencias inmediatamente, así la lesión parezca menor. La demora en recibir atención médica puede resultar en pérdida permanente de la visión o ceguera.