El factor clave para enfrentar a la pandemia del COVID-19 y desacelerar la velocidad de propagación del virus es la realización masiva de pruebas de coronavirus, claman muchos epidemiólogos. El poder identificar y aislar a las personas infectadas es fundamental para disminuir el riesgo de contagio masivo. Por ello, la realización masiva de pruebas es el principal factor que ha permitido el éxito en la lucha contra el coronavirus debido a su efectividad, precisión y confiabilidad.
En Ecuador existen cuatro tipos de pruebas: la rápida, la cuantitativa, la prueba de antígenos y la PCR. La prueba rápida tiene un 85% de efectividad en su uso ya que es empleada para determinar dos tipos de anticuerpos, los IgM o los IgG. Los IgG nos indican una infección actual, o sea el cuerpo está combatiendo una infección. Y los de IgG, en cambio, nos muestran que el cuerpo está generando una memoria inmunologica y ya esta queriendo salir de una infección.
Es decir, en estas pruebas, las proteínas o los anticuerpos que son identificados, son comunes a otro tipo de agentes infecciosos, como SARS, influenza o incluso, gripe común, por lo tanto, no muestran con certeza que una persona padece de COVID-19.
Es por ello que ocurren los falsos positivos o negativos en este tipo de exámenes ya que el paciente se puede encontrar expuesto a cualquier tipo de infección viral o estar saliendo de la misma, explica la biotecnologa Mishell Bravo, jefa del área de biología molecular en el laboratorio Segurilab, en la ciudad de Quito.
Luego tenemos la prueba cuantitativa. . Esta contiene un 95% de efectividad, se analiza la ausencia o presencia de anticuerpos al igual que en una prueba rápida pero en esta prueba se determina la cantidad de los anticuerpos. Con este examen es mucho más fácil definir o interpretar, con el historial médico, en qué parte de la infección el paciente se encuentra.
“Sin embargo, esta prueba cuantitativa tampoco es tan específica para COVID-19, en la mayoría de exámenes de muchos laboratorios del país, se presenta en el resultado la interpretación de cómo es positivo o cómo es negativo pero se presume que es coronavirus. Es decir, esta no es una prueba específicamente para ello”, comenta la especialista.
El siguiente método para la detección del virus es la prueba de antígenos. Cuenta con un grado de efectividad del 96% y se realiza un y se realiza a través de un hisopado nasofaríngeo de los pacientes, luego la muestra es eluida en buffer y dicha solución se somete al análisis, en el cual solo si ocurre la formación del complejo antígeno-anticuerpo será positivo. Es decir, si dentro del tracto respiratorio del paciente existe el virus será positivo ya que es la única manera de que exista la formación de este complejo.
“Muchos de los expertos y laboratorios a la prueba que más certeza le tienen es a la PCR”, agrega la especialista. Su grado de efectividad es del 98% al 99% ya que el análisis se enfoca en la identificación del código genético del virus con distintas técnicas. Esta prueba involucra dos procesos o etapas, la primera etapa es la extracción de los ácidos nucleicos con una muestra de hisopado nasofaríngeo y/o orofaríngeo, y la segunda etapa es la reacción en cadena de la polimerasa o PCR, en donde se analiza si el paciente tiene la presencia o ausencia del virus.
Esto resulta de vital importancia en la estrategia que cualquier sistema de salud para contener la pandemia, realizando pruebas que en poco tiempo permitan identificar a personas sanas, y a posibles infectados – que deben ser sometidos a otros tipos de análisis, incluyendo la prueba PCR.