En las últimas dos semanas, el gobierno del «cambió» ha aumentado más de 5 pesos al galón de Gas Licuado de Petróleo (GLP), que utilizan las amas de casa para cocinar; esto, añadido al alto precio de los productos de primera necesidad, representa un duro golpe para los bolsillos del pueblo dominicano.
Estos desmedidos aumentos indican, combinado con la fórmula disfuncional del ministro de Industria y Comercio, Víctor (Ito) Bisonó, dan malos resultados para la población menos pudiente y dejan incertidumbre y dolor de cabeza en una ciudadanía que ya no aguanta más alzas.
Estos nuevos aumentos en los precios de los combustibles se unen al alto de costo de la canasta familiar, de los medicamentos y otros productos que también han registrado alzas por encima del 30%.
Desde su llegada al poder, la obra más importante del presidente Abinader, ha sido el aumento de todos los precios, con la excusa injustificada que el precio de las embarcaciones han aumentado a nivel mundial.
Una libra de arroz cuesta 40 pesos y una de pollo 80, el precio de los víveres está por las nubes, con excepción del plátano; el pobre no halla qué comer que un país que produce de todo, pero que desde le gobierno no existe un control para colocar los valores reales de las cosas y apuesta a exportar. La libra de la yautía y el ñame a 45 y la papa entre 18 y 20.
La Junta Agroempresarial Dominicana calcula que alrededor del 85 % de los productos agropecuarios que se consumen en el país se produce localmente. Los productores, intermediarios y comerciantes venden esos alimentos en un libre mercado, donde cada quien pone el precio que más le beneficia, aunque este ahonde más la pena del dominicano de escasos recursos y hasta del que tiene dinero.
Antes de llegar al consumidor final, los alimentos pasan por distintas manos y cada quien les pone el valor que le da la gana, con el que pueda ganar más, solo eso les importa; mientras que el pueblo sigue hambriento.
Par poner un ejemplo sencillo, el plátano, cuando sale de la finca, antes de llegar al consumidor final pasa por seis o siete manos, y cada quien le pone su ganancia, y donde menos ganancia hay es de donde sale, que es el productor.
En tanto que el congelamiento de los precios de los productos de la canasta familiar, es la alternativa que ofrecen amas de casa y comerciantes ante la inflación registrada en los últimos meses.
¿Y la famosa mesa de trabajo para mitigar los precios de la canasta básica qué ha hecho? Las amas de casa han criticado esta comisión, afirmando que no han hecho nada para evitar las alzas en los precios.