El nuevo Partido Revolucionario Dominicano que Miguel Vargas Maldonado ha propuesto a la sociedad dominicana, se encuentra en un profundo proceso de definición, debido a la fuerte resistencia que ha encontrado en lo interno de esa organización política.
Desde luego que la disciplina interna y el respeto a los estatutos y a los organismos del partido blanco no han sido la norma de una gran parte de los perredeístas; pero al parecer, Vargas Maldonado ha decidido a romper con esa tradición en el partido de José Francisco Peña Gómez.
En cierto modo, el presidente del PRD ha avanzado algunos peldaños en su propósito de disciplinar al partido, y un primer paso lo constituyó el montaje de la convención que lo proclamó como principal guía de esa entidad política en el Centro de Convenciones de San Souci.
Por lo pronto, ese gran intento de cambiar el rumbo del principal partido de oposición del país, se vio troncado por la resistencia de un sector del PRD que acudió a la Junta Central Electoral a pedir que varias de las medidas allí tomadas fueran dejadas sin efecto, lo que en gran medida ha estancado el proceso iniciado por Vargas Maldonado.
Ahora, con la celebración de la convención del domingo 27, el ingeniero Miguel Vargas Maldonado volverá a probar suerte, y de hecho ha querido ir más allá en su afán por acelerar el proceso de institucionalización y disciplina del PRD y por esas razones ha impulsado, a través de las principales figuras de su proyecto, la candidatura a la Secretaría General de Orlando Jorge Mera.
Hay quienes afirman que Vargas Maldonado ha querido tener a su lado al hijo del ex presidente Salvador Jorge Blanco, porque sintoniza más con su pensamiento y lineamientos políticos y que hasta en un momento determinado lo podría señalar como su heredero político, una vez logre su propósito de conquistar la presidencia de la República.
De ahí es, que el nuevo líder del Partido Revolucionario Dominicano, no solamente ha querido que su esfuerzo por enderezar a esa organización política permanezca mientras su reinado tenga vigencia, sino que sea mantenido por mucho tiempo por las figuras que con tanto sacrificio le han acompañado en esa difícil tarea.
La celebración de los eventos que ha venido realizando Vargas Maldonado, sin posposiciones ni acuerdos de aposentos, contrario a lo que era una norma a lo interno del partido blanco, cuando los mismos militantes de esa organización política estaban acostumbrados a no saber exactamente cuando se llevarían a cabo esas actividades, demuestran que hay un claro y definido propósito de cambiar de estilo y de demostrarle al pueblo dominicano que existe un nuevo PRD.
Claro está, que quienes dirigen hoy los destinos del partido del Jacho prendido, han querido interpretar el sentir de la inmensa mayoría del pueblo dominicano, que manifestado a través de las encuestas, ha decidido rechazar las malas prácticas de los dirigentes políticos de nuestro país y en cambio prefiere a aquellos que con hechos y palabras tengan el propósito claro de enfrentar los problemas que afectan la sociedad.
Desde luego, todo el mundo no está obligado a pensar igual y por lo tanto tiene todo el derecho de mantener métodos y discursos que en el pasado, cuando la República Dominicana era un país menos civilizado, dieron resultados a los políticos del momento, pero que hoy las nuevas generaciones no están en capacidad ni en condiciones de asimilar, porque no es de su época.
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