Moca, Espaillat.- Llegar al municipio cabecera de Moca por la autopista Duarte y tomar la carretera Ramón Cáceres de la provincia Espaillat es un verdadero peligro para los transportistas y los munícipes de la región.
El pasado 3 de junio del 2007, el gobierno informó que pagaría RD$25 millones por la expropiación de terrenos y viviendas para terminar el trébol de cuatro hojas que facilitará todos los giros desde la autopista Duarte hacia el municipio cabecera de Moca y a la Presa de Taveras.
Los trabajos eliminarían el riesgo de accidentes en la pista, sin embargo, han pasado dos años del anuncio de conclusión de la obra y aún el peligro acecha a los transportistas y conductores en sentido general.
La Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE) también anunció al país que terminaría la obra en el menor tiempo posible. Asimismo, el Grupo Modesto, contratista de los trabajos, indicó que trabajarían sin descanso para evitar mayores inconvenientes a los conductores.
El trébol fue diseñado por la firma Tecnoamérica, que preside el ingeniero Pedro Delgado Malagón, empresa que también tiene la responsabilidad de supervisión. La obra ha sido presupuestada en cinco ocasiones, dos por Joaquín Balaguer, tres por Leonel Fernández y una por Hipólito Mejía.
Cuando se transita desde Moca para Santo Domingo, los vehículos se encuentran de frente con los que viajan de Santiago a Moca, además, de los hoyos que existen en medio de la vía, aumentando el riesgo de accidentes.
También una laguna en el kilómetro 1½ de la carretera Ramón Cáceres ha provocado varios derrumbes, y mantiene en riegos de colapsar a la misma vía, viviendas y atenta contra vidas humanas.
Los moradores, preocupados por la situación, dijeron a DominicanosHoy.com que las autoridades de la provincia y la Secretaría de Obras Públicas hacen caso omiso a la situación que puede terminar en una tragedia.
Señalaron que las filtraciones de agua debajo de la tierra han provocado derrumbes de varios sépticos en la parte trasera de las viviendas. Los mocanos también expresaron su preocupación por el deterioro de otras carreteras.
Situación general del municipio
Las calles del municipio de Moca muestran un deterioro progresivo, estrechas, llenas de hoyos, sin señalización ni semáforos. El tránsito es un caos, porque la falta de señalización ni estacionamientos en el centro de la ciudad. También hay pocos parques.
El desempleo en la provincia Espaillat se ha incrementado considerablemente, luego de que la zona franca local prácticamente cerrar sus puertas, lanzando más de 3,000 personas a las calles. Actualmente operan sólo tres naves.
No obstante, el ayuntamiento municipal amenaza con desalojar a gran cantidad de personas que se ganan la vida vendiendo ropas usadas en un área baldía frente a la zona franca. Los afectados expresaron su preocupación por la medida.
También los bomberos enfrentan dificultades al momento de incendios, por falta de camiones y problemas para conseguir el agua. Hace poco a los bomberos le cortaron el servicio telefónico por falta de pago.
Asimismo, damnificados de los últimos fenómenos atmosféricos que han afectado el país todavía esperan que las autoridades vayan en su auxilio, la situación ha llevado a muchas familias volver a las zonas de desastres.
Deficiencias de los servicios básicos
Los mocanos consideran un desastre el acceso a los servicios básicos. Los apagones alcanzan las 10 y 12 horas diarias y el servicio 24 horas no funciona en muchos barrios dizque son beneficiarios.
El suministro de agua es deficiente en calidad y servicio. La parte administrativa, a cargo de CORAAMOCA, presenta grandes debilidades, porque clientes al día en los pagos, aparecen con deuda de hasta un año.
También se dice que CORAAMOCA posee una empleomanía super numeraria, y que prácticamente absorbe su presupuesto. El agua que reciben los mocanos llega desde el acueducto de Santiago.
Privatización del cementerio
Los mocanos denunciaron las intenciones del ayuntamiento de privatizar los servicios del cementerio municipal, entregándolo de forma irregular y poco transparente a una empresa, además de unos terrenos contiguos para que construya un nuevo Campo Santo.
La privatización del cementerio tiene el agravante de que el ayuntamiento dejaría de percibir ingresos por el concepto de impuestos por sepultura, que el pasado año ascendieron a más de RD$500 mil, para que esa empresa entonces le entregue el 10%.
A partir de la privatización, la gente humilde no tendría donde llevar sus difuntos, ya que no podrá asumir el pago de los nuevos impuestos.