Lima.- El ex presidente peruano Alberto Fujimori fue sentenciado hoy a 6 años de cárcel en el último juicio abierto contra él desde su extradición de Chile en 2007, un fallo que causó malestar entre aquellos que pedían una sanción más dura y los que aseguran que se trata de una venganza política contra su líder.
La Justicia peruana procesó a Fujimori por usar fondos del Estado para montar una red de espionaje telefónico que operaba en Palacio de Gobierno y en otros lugares, sobornar a parlamentarios opositores, y comprar un canal de televisión por cable ya desaparecido y la línea editorial del diario Expreso en 2000, año en el que buscaba su tercera elección.
El tribunal que lo juzgó en este juicio rápido, que empezó el pasado lunes, lo sentenció a seis años de cárcel, condena que vence en febrero de 2013, así como a dos años de inhabilitación de un cargo público.
También le ordenó pagar dos tipos de reparaciones: una de 24 millones de soles (8 millones de dólares) a favor del Estado y de 107.000 soles (unos 35.000 dólares) para cada uno de los 28 agraviados por espionaje telefónico.
Los delitos que se le atribuyeron fueron peculado doloso (mal uso de fondos públicos), contra la administración pública (cohecho activo o corrupción funcionarios) y violación del secreto de las comunicaciones.
El ex gobernante peruano (1990-2000), quien fue extraditado desde Chile en 2007, ya ha sido condenado en primera instancia a 25 años de prisión por violación a los derechos humanos, a 8 años por el pago de una indemnización laboral a su entonces asesor Vladimiro Montesinos y a 6 años por el allanamiento ilegal de la vivienda de la esposa de Montesinos, pero las penas no son acumulativas en Perú.
Fujimori se mostró incómodo durante la breve lectura de sentencia y constantemente se tocaba la cara y los ojos, e interpuso un recurso de nulidad, sin explicar sus razones.
Por su lado, el fiscal supremo, José Peláez, apeló la sentencia por considerar que la sanción contra el ex gobernante de 71 años es muy leve, ya que su oficina pedía 8 años de cárcel.
Este proceso ha sido rápido debido a que el ex gobernante peruano aceptó los delitos que se le imputaban y se acogió a la figura de la "conclusión anticipada", con lo que se evitó un largo desfile de 61 testigos.
Esta es la tercera vez que Fujimori se acoge a la figura de conclusión anticipada y que interpone recurso de nulidad.
A la salida del tribunal, el legislador fujimorista Carlos Raffo dijo a la prensa que todo el proceso desde que Fujimori fue extraditado desde Chile "ha sido sumamente doloroso", y tras acusar al tribunal de juzgar a su líder "sin pruebas mínimas", advirtió que: "ahora le toca juzgar al fujimorismo".
Uno de los agraviados en el caso de espionaje telefónico, el ex congresista Javier Diez Canseco destacó que Fujimori admitió ser "un asesino y un ladrón" y lo tachó de ser "un virus más poderoso que la gripe porcina para la política nacional".
Por su lado, el fiscal Peláez enfatizó al culminar el proceso que tanto en el juicio por violación a los derechos humanos como en los de corrupción, "existían abundantes pruebas" para inculpar a Fujimori, al desestimar una supuesta "venganza política" contra el acusado.
Fujimori renunció por fax desde Japón en 2000 tras destaparse una inmensa red de corrupción dirigida por Vladimiro Montesinos y por cinco años residió en el país asiático.
En noviembre de 2005 intentó volver a Perú e hizo una escala en Chile, donde fue detenido por pedido de la justicia peruana.
En septiembre de 2007, Fujimori fue extraditado a Perú por dos casos de violación a los derechos humanos (dos matanzas y dos secuestros) y otros cinco casos de corrupción, los cuales fueron reunidos en los cuatro juicios que concluyeron con la sentencia dictada hoy.