Buen título este de Masiel Fernández Bolanos, al analizar el posible fin de la crisis económica, cuyas consecuencias, sobre todo el hambre, tal y como expone la articulista, “persistirán por largo tiempo y, por supuesto, los desposeídos, serán nuevamente los más atacados”.
Para nadie es un secreto el crecimiento de personas con hambre en el mundo, según el Fondo para la Alimentación de la Organización de las Naciones Unidad (FAO), supera ya los mil millones, y en América Latina y el Caribe alcanzó a 52 millones de personas este año, con un aumento del 13 por ciento con respecto a 2008, según el Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe(SELA).
Aunque muchos hablan de recuperación y plantean el futuro inmediato con optimismo, las preguntas siguen siendo ¿quiénes se recuperan y dónde están esos resultados?
En la República Dominicana, por ejemplo, aún cuando el Fondo Monetario Internacional (FMI), prevé determinado índice de crecimiento en su último informe de "Perspectivas Económicas Mundiales" (0,5 por ciento este año y un 2 por ciento en el 2010), para nadie es un secreto que ese “crecimiento” no se manifiesta en la canasta básica familiar.
El representante regional de la FAO, el brasileño José Graziano da Silva, asegura que los pobres se enfrentan a dos crisis simultáneas la económica y la alimentaria, sobre todo si se tiene en cuenta el aumento de los precios de los alimentos, “la poca disponibilidad de agua y de tierras, así como los períodos de inundaciones y sequías”, que mencionaFernández Bolanos en su artículo.
No se trata de manejar la situación con pesimismo, sino con realismo. Como afirmael doctor Osvaldo Martínez, presidente de la Comisión de Asuntos Económicos del Parlamento cubano, concluyó la Cumbredel G-20 en la ciudad norteamericana en Pittsburg, sin vencer el reto de ser más productiva que sus dos antecesoras.
“El optimismo brotó solo en las declaraciones de los mandatarios y en las reseñas de los medios, sin embargo, los tímidos acuerdos no justifican la confianza”.
Sí, la crisis tiene hambre y no es con acuerdos, sino con acciones definitorias que se alimentan y disminuyen los hambrientos de este mundo.