En los últimos días hemos escuchado a connotados economistas nacionales e internacionales hablar de la alegada recuperación económica mundial que se ha estado sintiendo en varios países del mundo, sobre todo en los Estados Unidos y Europa, como consecuencia de las ganancias que han obtenido algunas de las empresas que habían tenido dificultades en medio de la crisis global y el mejoramiento en el desempeño de las bolsas de valores.
Sin embargo, a pesar de estos signos alentadores que presentan los analistas económicos y que sin lugar a dudas han representado un gran alivio para quienes veían con pesimismo la recuperación de la economía mundial en un tiempo no tan corto como el acontecido, hemos observado como por otra parte se vienen haciendo recomendaciones para lograr que lo que se ha alcanzado no vuelva a retroceder.
En esa dirección hemos apreciado como en España el Impuesto al Valor Agregado el IVA, que es lo mismo que el ITEBIS, aquí en Republica Dominicana, ha sido aumentado de 16% al 18% y mientras que en México y Chile los legisladores y la población en sentido general se encuentran inmersos en la discusión de reformas tributarias, todo con el propósito de hacer sustentables las medidas que se han adoptado para garantizar el proceso de recuperación.
Mientras eso sucede en los grandes países, en la mayoría de las naciones emergentes de América Latina, todavía las autoridades están a la espera de ver qué medidas podrían adoptar para recuperar los ingresos perdidos como consecuencia de las caídas de las remesas, la baja del turismo y las exportaciones de bienes y servicios.
Sin lugar a dudas, que parecería un contraste todo lo que pregonan algunos economistas como señales reales de recuperación de la economía mundial, porque mientras por un lado existen naciones que todavía no tienen un norte claro, de cómo enfrentar el desafío que representa la coyuntura actual de la crisis global, por el otro hay otras naciones que ya han comenzado a tomar las medidas para poder hacer frente a esa realidad.
Pero lo más penoso es que en medio de estas circunstancias continúan los despidos de cientos de miles de empleados en los Estados Unidos y Europa y la recesión economía que afecta al mundo no ha logrado superarse, a pesar de la mal llamada recuperación económica global. Sólo en Norteamérica, durante el pasado mes de septiembre se produjeron 230 mil despidos de trabajadores y según los sondeos que se realizan a través de las principales cadenas de televisión, por más esfuerzos que han hecho los desocupados por acceder a las plazas de trabajo se les ha hecho muy difícil conseguir un empleo.
Entonces, de qué recuperación se ha estado hablando, cuando los principales indicadores nos señalan fehacientemente que todavía nos encontramos inmersos en medio de la crisis económica global y que si alguien ha recibido algún aliento en ese sentido, han sido las naciones más desarrolladas del mundo, las cuales para poder mantener esos débiles signos de recuperación han tenido que tomar medidas de constreñimiento económico contra la población.
Incluso hemos observado que por encima de las medidas que se han adoptado en las grandes naciones del mundo para contrarrestar los embates de ésta crisis global, han surgido otras recomendaciones como forma de evitar un retroceso, que podría ser mayormente catastrófico para la población mundial.
Por esa razón, el ex hombre fuerte de la Reserva Federal de los Estados Unidos, Alan Crispan, advirtió que las medidas que se han tomado no han sido suficientes para solucionar la crisis que ha afectado al mundo y exhortó a las autoridades norteamericanas a preparase para adoptar otras disposiciones que permitan garantizar que las medidas de estimulo económico dispuestas por el presidente Obama, no sucumban definitivamente por la falta de políticas más sustentables.
De ahí que en la República Dominicana y en la casi totalidad de las naciones de América Latina, debemos irnos preparando para enfrentar medidas similares a las que se han estado tomando en Estados Unidos, Europa, en Chile y México porque esa será la receta que los organismos internacionales como el FMI, el BID y el Banco Mundial le harán a estos países para que puedan enfrentar la problemática económica mundial.
De manera que para el año 2010, sin lugar a dudas, y sin temor a equivocarnos, los dominicanos tendremos una nueva reforma fiscal, dirigida a recuperar la caída de las recaudaciones fiscales y los recursos dejados de percibir por la baja del turismo y la caída de las remesas desde el exterior.
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