Las familias pobres de la capital ya no tienen que recurrir a la caridad pública para ofrecer un velatorio digno a sus difuntos. Ahora son menos los barrios en los que cuando muere una persona, deben contribuir para pagar los actos fúnebres.
La pérdida es un momento doloroso, y se hace más tormentoso cuando el difunto proviene de familia pobre, donde la tristeza se une al dolor de cabeza que produce buscar entre RD$25,000 y RD$30,000, que es el costo mínimo para un velatorio.
Fue este desamparo que motivó al síndico Roberto Salcedo encaminar la iniciativa de dotar los barrios más pobres del Distrito Nacional de funerarias gratis, lo que permite un velatorio digno y sin ningún costo.
La idea de tener una funeraria gratis, ocupaba la mente de los trabajadores comunitarios, responsables de ir casa por casa recogiendo las dadivas para realizar los enterramientos.
Salcedo acogió la propuesta como recurso de campaña y desde entonces el reto fue asumido indistintamente por las señoras Juana María Encarnación, de Gualey; y Francisca Soriano, de Cristo Rey. Ambas presidentas de las Juntas de Vecino de esas comunidades.
Cuando en uno de estos dos sectores moría una persona, esas dos damas enseguida encabezaban una comisión para pedir aportaciones a personas de la comunidad. También recurrían a los políticos de esas demarcaciones.
Cuentan que es muy deprimente salir con una cantinita a pedir por las calles para un velatorio, aún más deprimente para la familia del fallecido.
Actualmente existen funerarias municipales en Gualey y Cristo Rey, y planes de construcción en el kilómetro 8 de la carretera Sánchez, La Zurza y Los Girasoles.
Tres años pasó doña Juana María asistiendo a las actividades de Salcedo en la capital, hasta que faltando tan sólo un año para terminar el período ordenó la construcción de la primera funeraria municipal.
La funeraria municipal de Gualey fue inaugurada el 29 de marzo del 2006. En los dos años y siete meses que lleva dando servicio ha realizado 2,003 velatorios.
La de Cristo Rey lleva en funcionamiento dos años y ha realizado, al 30 de septiembre, 1,300 asistencias fúnebres.
El establecimiento de Gualey cuenta con dos capillas y el de Cristo Rey con tres, además, poseen oficinas, vestíbulos, recepción, baños y cocina. Las capillas cuentan con bancos en caoba, sillones acorchados y aire acondicionado, las áreas de oficina, recepción y lobby, también poseen aíre y otras facilidades, como muebles y nevera para agua.
Estos locales, también tienen planta de generación eléctrica e inversores para garantizar la operatividad si la energía eléctrica falla, además cuentan con una morgue, un forense y varios preparadores de cadáveres.
A todo el que busca el auxilio, la administración de las funerarias le facilita el ataúd, la capilla y carro fúnebre. Los dolientes no deben hacer ninguna aportación.
Para Francisca Soriano, quien se desempeña como administradora de la funeraria de Cristo Rey, la realización de ese sueño le ha sido de mucha satisfacción porque, según contó, siempre le ha gustado servir a los demás.
Los servicios ofrecidos por estas dos funerarias no sólo se circunscriben a los residentes en esos sectores, sino que ofrecen la facilidad a los que viven en los barrios aledaños e incluso a comunidades fuera del límite del Distrito Nacional.