Nueva York.- La culebrilla produce algo más que dolor: un nuevo estudio sugiere que elevaría el riesgo de accidente cerebrovascular (ACV).
La culebrilla, o herpes zóster, aparece por la reactivación del virus de la varicela (varicela zoster), que está inactivo en las fibras nerviosas. Cuando se reactiva, a menudo por una experiencia traumática o estrés, el virus puede producir ampollas dolorosas en la piel.
Se estima que una de cada cinco personas tendrá culebrilla en la vida.
El equipo de Herng-Ching Lin, de la Univerisidad de Medicina de Taipei, en Taiwán, halló que un ataque de culebrilla eleva un 30 por ciento el riesgo de ACV durante el año siguiente.
El virus de la varicela zóster es el único virus humano que se replica en las arterias del cerebro, publica la revista Stroke. El virus se disemina por las fibras nerviosas hasta los vasos sanguíneos, donde induce respuestas inflamatorias dañinas y obstrucciones arteriales.
El equipo estudió a 7.760 personas tratadas por culebrilla entre 1997 y el 2001 y a 23.280 personas seleccionadas al azar (grupo de control).
Durante el año posterior a la primera consulta médica por culebrilla, 133 participantes (el 1,71 por ciento) sufrieron un primer ACV, a diferencia de 306 del grupo de control (un 1,31 por ciento).
Tras considerar factores que influirían sobre los resultados, el equipo halló que el riesgo de ACV fue un 31 por ciento mayor en quienes habían tenido un ataque de culebrilla.
En personas con herpes zoster en los ojos, el riesgo de ACV fue cuatro veces mayor.
El equipo opinó que se necesitan más estudios para explorar los mecanismos subyacentes de la relación entre la culebrilla y el ACV, y las posibles intervenciones.