NUEVA YORK.- Si quiere reducir el riesgo de desarrollar cáncer de piel, use pantalla solar, claro. Pero dos nuevos estudios sugieren que los antecedentes familiares también serían clave en esta enfermedad.
Una investigación halló que tener un gemelo con melanoma elevaba el riesgo individual de desarrollar la enfermedad mucho más que tener un mellizo con ese tipo de cáncer de piel.
El otro estudio determinó que tener un hermano, el padre o la madre con uno de varios tipos de cáncer de piel no melanoma también aumentaba ese riesgo.
Varios estudios habían sugerido que el melanoma y otros cánceres de piel serían hereditarios, pero puede ser difícil identificar la diferencia entre la influencia de los genes y del entorno.
En una investigación realizada en Australia, el equipo de Sri N. Shekar, de la University of Queensland, intentó identificar esa diferencia a través del estudio de pares de mellizos en los que por lo menos un hermano había recibido un diagnóstico de melanoma.
Los autores buscaron entre miles de casos de melanoma informados en Queensland y Nueva Gales del Sur y hallaron 125 pares de mellizos.
En cuatro de 27 pares de gemelos, ambos hermanos tenían melanoma, mientras que en tres de 98 pares de mellizos los dos habían recibido el diagnóstico del cáncer de piel potencialmente fatal.
Según esos datos, tener un gemelo eleva casi 10 veces el riesgo individual de tener la enfermedad, mientras que el melanoma asociado con la existencia de un mellizo con la enfermedad es casi el doble.
Eso, para el equipo, sugiere que una parte del aumento del riesgo de melanoma podría atribuirse a los genes, en especial a la interacción genética. Los expertos estiman que los genes son responsables de la mitad de las diferencias en el riesgo entre dos personas.
En el segundo estudio, el equipo de Shehnaz K. Hussain, de la University of California en Los Angeles, analizó la Base de Datos Oncológicos de las Familias en Suecia para medir el riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer de piel en hermanos e hijos de personas que padecían esas enfermedades.
Los investigadores hallaron que las personas que tenían un hermano o el padre o la madre con algunos tipos de cáncer de piel eran más propensas a desarrollar varios tipos de tumores cutáneos, no sólo los de sus familiares.
Cuando los tumores afectaban partes del cuerpo más expuestas al sol (la cara, más que el torso), el riesgo familiar era más alto.
Según los resultados, el equipo de Hussain concluyó que los antecedentes familiares se pueden usar para medir el riesgo individual de desarrollar cáncer cutáneo y los estudios genéticos podrían ser una forma útil de identificar objetivos potenciales para tratar o prevenir la enfermedad.