Por: Danilo Cruz Pichardo
Valdez Albizu es parte de los mismos
Se especula mucho respecto a las razones de la permanencia en la Gobernación del Banco Central del economista Héctor Valdez Albizu, quien fue ratificado en el cargo recientemente por el presidente Abinader. Se ha dicho, inclusive, que se trata de una imposición de los organismos económicos multilaterales, entiéndase FMI, BM y BID, al gobierno del “cambio” que inició el 16 de agosto de 2020.
Esos organismos internacionales no hacen imposiciones, ni siquiera sugerencias políticas. Se circunscriben a realizar préstamos y a cobrar, siempre evaluando la situación de los países solicitantes, para asegurarse que su dinero está garantizado.
De imponer gobernadores la mayoría de los gobiernos nuevos de la región hubieran ratificado a los jefes anteriores de sus respectivos bancos centrales. Sin embargo, no se conoce una sola experiencia. Todos los presidentes electos llegan con su gabinete completamente nuevo.
¿Por qué Luis Abinader ha sido la excepción? Sencillamente: los grupos de poder que apoyaron económicamente al actual presidente recomendaron a Héctor Valdez Albizu y el jefe de Estado no lo rechazó, como no rechazó ninguna solicitud a esos oligarcas. Por lo menos es la versión que le ofrece al suscrito una fuente bien informada.
Esa es una muestra que confirma cada vez más que los mejores cargos no son necesariamente para los dirigentes políticos partidarios más meritorios, muchas veces son para aquellos que mayores aportes económicos hacen al candidato ganador. Y regularmente la gente desconoce esas operaciones, las cuales no son incondicionales.
Pero quiero hacer un poco de historia: Héctor Valdez Albizu está en la Gobernación del Banco Central desde el año 1994, designado por Joaquín Balaguer. Estuvo en el Frente Patriótico, junto con Luis Abinader, Macarrulla, los Vicini y toda la oligarquía dominicana, y Leonel Fernández lo ratificó en 1996. Lo premió. Con un descanso de cuatro años, 2000-2004, se ha mantenido en el cargo hasta la fecha.
Y que nadie venga con el infeliz pretexto que él es el único que sabe mantener estable la tasa de cambio. Si es así, entonces el país habría que cerrarlo cuando Valdez Albizu cierre los ojos.
Posiblemente el tipo tiene su experiencia, como no, pero con ese festival de empréstitos tomados por Luis Abinader, en divisas fuertes, cualquiera, hasta sin ser economista, logra que la famosa prima del dólar baje. Y así es: el dólar ha bajado algo, aunque para nada ha servido en torno al costo de los productos de la canasta familiar.
¿Y cuál ha sido el costo político sobre la permanencia de Valdez Albizu para el supuesto partido ganador?
Durante el mandato de ese “imprescindible” funcionario no ha entrado al Banco Central un solo técnico del PRM. Los economistas del PRD (hoy PRM) fueron cancelados todos cuando Luis Toral Córdoba fue gobernador del Banco Central. Y nunca más se ha podido nombrar a un perredeísta-perremeísta.
El Banco Central está lleno de Peledeístas y dirigentes de la Fuerza del Pueblo, que es hablar de peledeístas morados y peledeístas verdes.
Cuando Francisco Guerrero Prats estuvo en esa institución, 2000-2003, Pedro Franco Badía, que en paz descanse, hizo un gran esfuerzo. Lo escuché decir –de forma impotente–: “Quiero que los perredeístas vuelvan al Banco Central, pero ese tipo (refiriéndose a Frank Guerrero) no hace caso a nadie”.
¿Cuándo vuelven los perremeístas al Banco Central? Posiblemente nunca. El PRM ganó las elecciones, pero no está en el poder. En el poder está la oligarquía que impuso a Valdez Albizu, y la misma gente que estuvo en el Frente Patriótico.
Luis Abiander ha logrado deshacerse de los dos funcionarios que los estudios de opinión decían que afectaban sus planes reeleccionistas, entiéndase Roberto Fulcar y Lisandro Macarrulla. El primero es un hombre que aparte de no saber sonreír parece tener otro defecto. Y por este último lo pusieron a enfriarse cobrando 300 mil pesos cada 30 días.
Y con Macarrulla se arribó a un acuerdo amigable. Todo lo establecido en campaña se está cumpliendo al pie de la letra, incluyendo la permanencia de Héctor Valdez Albizu al frente del Banco Central.