Llegaron desde muy lejos el lunes al U.S. Open por Serena —no es necesario decir su apellido— entusiasmados por verla jugar o si no fueron de los afortunados en conseguir un boleto, al menos obtener un autógrafo, un vistazo durante el entrenamiento o la posibilidad de respirar el mismo aire en Flushing Meadows.
Mientras miles de personas esperaban para ingresar al torneo horas antes del encuentro nadie sabe cuántas oportunidades más tendrán de verla. La gente venía a ver, o piensan que verán a Serena Williams manejar su raqueta como lo hizo camino a ganar 23 títulos de Grand Slam, más que cualquier otra persona en la era profesional del tenis que comenzó en 1968, debido a que dijo que está lista para dejar atrás sus días de tenista.
Y estaban ahí para honrarla o demostrarle su aprecio por lo que ha hecho dentro y fuera de la cancha.
Williams está programada para disputar su encuentro de primera ronda en el Estadio Arthur Ashe ante Danka Kovinic poco después de las 7 p.m. ET.
Serena significa mucho para mucha gente. Como tenista, como mujer, como afroestadounidense, como madre, como empresaria.
“Cuando comenzó, las tenistas no recibían el mismo reconocimiento. Ha hecho mucho”, aseguró Quintella Thorn de 68 años originaria de Columbus, Georgia y quien asistió por octava ocasión al Abierto de Estados Unidos. “Y ahora está…”.
“Evolucionando”, interrumpió su amiga Cora Monroe, de 72 años y originaria de Shreveport, Louisiana.
Esa palabra “evolucionar”, es como Williams se refirió a su retiro cuando escribió un artículo para la revista Vogue hace tres semanas en donde confirmó que estaba lista para concentrarse en tener a un segundo hijo (su hija Olympia cumple 5 años el jueves) y en su sociedad de capital de riesgo.
Aunque Williams no informó claramente que el U.S. Open definitivamente sería su último torneo —también disputará los dobles con su hermana Venus, quien tiene 42 años y ha ganado siete títulos de Grand Slam— hizo parecer que sería así.
“Una vez que Serena anunció que disputaría el U.S. Open se agotaron los boletos en un milisegundo para el lunes y martes por la noche. Puedes ver en la reventa, los precios alcanzaron los 230 dólares. Vi 2.300 dólares para nivel de cancha en la tarde”, dijo Stacey Allaster, directora del Grand Slam.
Por eso mismo este lunes fue más importante que cualquier primer día en un major. Y por qué el programa del día no mencionó a ningún otro de las decenas de tenistas en acción y desplegó un montaje con seis imágenes de Williams sosteniendo sus seis trofeos del U.S. Open sobre el título: “Serena Williams, un Legado de Grandeza”.
La Asociación de Tenis de Estados Unidos indicó que se vendieron más de 16.500 boletos para el torneo el día que Williams anunció su intención de retirarse, más que en los siete días anteriores. Esto incluyó 4.600 lugares para el lunes por la noche, un lleno total.