Un periódico matutino de circulación nacional publicó, en la página 4 de su edición de fecha 17 de octubre de 2009, que el Presidente de la República, Leonel Fernández, señaló que “hemos estado contaminando la atmósfera con la emisión de dióxido de carbono y el resultado ha sido que el calentamiento global ha generado una variación en el clima”.
Eso mismo fue lo que los ambientalistas dominicanos le dijimos de manera pública al Presidente Leonel Fernández cuando en el mes de abril él autorizó a su Secretario de Medio Ambiente para que en fecha 14 abril de 2009 emitiera la Licencia Ambiental 0157-09 para la instalación de una planta productora de cemento en la región de Los Haitises, sabiendo él que esa planta produciría unas 800 toneladas diarias de dióxido de carbono que han de contribuir al calentamiento global; y para complicar las cosas, dicha Licencia Ambiental fue emitida 23 días antes de que el Sr. Presidente de la República firmara el oficio No.5869 mediante el cual autorizaba el otorgamiento de la concesión de explotación minera para la cementera.
La misma nota periodística, publicada en un periódico que ha demostrado tener un sesgo anti ambientalista, porque sus dueños tienen intereses comerciales e industriales que se contraponen a la protección ambiental, dice que el Presidente Leonel Fernández “felicitó al secretario de medio ambiente, Jaime Fernández Mirabal, por la labor que viene realizando a favor de la preservación del medio ambiente, la recuperación de las áreas protegidas y la creación de conciencia en la población sobre la protección de los recursos naturales” de Los Haitises, aunque debo aclarar que la palabra Haitises la hemos añadido nosotros, partiendo de la premisa de que al Presidente Leonel Fernández se le olvidó pronunciar esa palabra, o asumiendo que al periódico se le olvidó incluirla en la nota publicada.
Conociendo todos nosotros que la Licencia Ambiental 0157-09, fue emitida obviando un informe técnico elaborado en fecha 17 de marzo de 2009 por la Dirección de Áreas Protegidas y Biodiversidad de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales, donde se le comunicaba al Secretario de Estado de Medio Ambiente que el proyecto de construcción de la cementera “no es viable en término ambiental, y en consecuencia se sugiere que sea desestimado, o que en su defecto sea movido a aquellos espacios que se alejen y dejen fuera la estructura de mayor perímetro de los mogotes que caracterizan la región de Los Haitises, así como también del territorio protegido”.
Conociendo también que la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales, en voz del Secretario, de varios Subsecretarios y de su relacionista público, se convirtió en la institución abogada defensora de la cementera de Los Haitises, en lugar de convertirse en abogada defensora de la Ley Ambiental 64-00, en defensora de los recursos naturales en general, y defensora de las aguas subterráneas de la región de Los Haitises, en particular.
Sabiendo que la Academia de Ciencias de la República Dominicana, la Universidad Autónoma de Santo Domingo, la Comisión Ambiental de la Cámara de Diputados, la Pastoral Ecológica de la Iglesia Católica, la Iglesia Evangélica, y decenas de asociaciones, federaciones, sindicatos y grupos juveniles se manifestaron contrarios a este proyecto industrial que pone en peligro el futuro abastecimiento de agua potable para Santo Domingo y todo el Este del país.
Leyendo que la encuesta Gallup reflejó que el 85% de la población y el 81% de los peledeístas están totalmente en contra de este peligroso proyecto que nunca debió ser aprobado en ese lugar.
Conociendo además que en el mes de junio de 2009 el Presidente de la República solicitó al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) una evaluación de este proyecto cementero, en interés de obtener la opinión de este importante organismo internacional.
Sabiendo que las reuniones convocadas por el PNUD con los académicos, los especialistas ambientales y sociales, los periodistas, los campesinos de la zona de Gonzalo, los jóvenes y con los interesados en general, evidenciaron rechazo mayoritario al proyecto cementero.
Conociendo que en un seminario de alto nivel, de dos días de duración, organizado por el mismo PNUD para tratar exclusivamente la hidrogeología de Los Haitises, quedó claro que conforme a los resultados del Plan Nacional de Investigación Aprovechamiento y Control de Aguas Subterráneas, (PLANIACAS) ejecutado en el período 1981-1983 por el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI) esa frágil región cárstica recibe una recarga anual de mil millones de metros cúbicos de agua, y que el 90% de los especialistas que disertamos en ese seminario sugerimos no tocar esa región con ningún proyecto industrial.
Viendo que aunque el PNUD completó sus consultas en fecha 01 de septiembre de 2009, y que ya para esa fecha había procesado y tabulado todas las informaciones colectadas sobre el proyecto cementero en Los Haitises, las cuales desfavorecen el proyecto, pero que hasta el presente no ha entregado su informe o “no le han permitido entregarlo”.
Y viendo ahora que el Presidente Leonel Fernández, artífice de este proyecto de destrucción ambiental, “felicita al Secretario de Medio Ambiente, por la labor que viene realizando a favor de la preservación del medio ambiente, la recuperación de las áreas protegidas y la creación de conciencia en la población sobre la protección de los recursos naturales”, cuando el Secretario ha hecho todo lo contrario en Los Haitises, debemos llegar a la conclusión de que algo raro está ocurriendo mientras nosotros estamos durmiendo.
Todos sabemos que el Presidente Leonel Fernández tiene una gran elasticidad para adaptarse a la realidad, y que al ver que el 85% de la población ha manifestado su total aposición a este desventurado proyecto de destrucción de Los Haitises, y que las opiniones recogidas por el PNUD en torno a ese proyecto apuntan a la oposición a esa decisión, ha optado por cambiar su discurso y enfocarlo a favor del área ambiental, consciente de que con ello rescata parte de la aceptación popular que la cementera le pudo erosionar.
Y como el Presidente sabe que las arcillas de las dolinas de Los Haitises han enlodado las manos, los pies, la cara y la conciencia de la mayor parte de los funcionarios de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales, los cuales han quedado desacreditados, trata ahora de limpiarlos mediante estas felicitaciones públicas pronunciadas al momento de ampliar el Sistema Nacional de Áreas Protegidas, mediante un intempestivo Decreto 571-09 que crea 37 nuevas áreas de protección especial, cuya cura es tan mala como la enfermedad que trata de curar, porque no se hizo ninguna Evaluación de Impacto Ambiental Estratégica, de ninguna de esas áreas, ni se consensuó con ningún sector de la vida nacional, y el Decreto, más que un logro ambiental, termina siendo un disparate emocional, porque no se apoya en un riguroso inventario de la flora, la fauna, los suelos, las aguas, las cavernas y las comunidades de cada área, ignora derechos previos otorgados por el mismo Poder Ejecutivo y crea conflictos interinstitucionales y sociales.
Lo que sí ha quedado claro es que el Presidente de la República sabe adaptarse a las circunstancias adversas, y en vista de que ahora se muestra como todo un promotor de “la creación de conciencia en la población sobre la protección de los recursos naturales”, de seguro que los periodistas afines al gobierno, y los gobiernistas desarrollistas, dirán que el Presidente es un Ecoterrorista opuesto al desarrollo nacional, y que ha sido pagado por las cementeras privadas y por los partidos políticos de oposición para frenar el desarrollo de la nación, porque eso es lo mismo que han dicho de nosotros cada vez que hemos llamado a la población nacional a desarrollar conciencia ambiental y a proteger los recursos naturales en general.
Esto podría aparentar un cambio de rumbo por parte de Leonel, pero podría ser una jugada maestra que busca entretener a los ambientalistas, y allanar el camino al PNUD para que pueda emitir un informe complaciente que salve la imagen del Presidente, pero los ambientalistas y los tribunales seguiremos pendientes.