Dillon Brooks no dejó a nadie indiferente con sus declaraciones a lo largo de la serie ante los Lakers, de modo que no eran pocos quienes querían saber qué tenía que decir tras la eliminación de los suyos en el sexto partido. Él, sin embargo, no estaba tan interesado en hablar. El alero abandonó el vestuario de los Grizzlies antes de que la prensa pudiese acceder al mismo, algo que no está permitido según las reglas de la NBA y que le ha costado que la liga le imponga una sanción de 25.000 dólares.
Pocos días antes, Brooks se mostró poco satisfecho con la forma en que la prensa le ha tratado, pues considera que el retrato que se ha hecho de él en los medios ha sido injusto y le ha convertido en un villano a ojos de los aficionados. Este puede ser uno de los motivos que le llevasen a tomar esta decisión, aunque tal vez la forma en que calentó la serie con sus palabras le hizo no tener ganas de hablar en público tras la eliminación.
Esta es la segunda multa que tiene que afrontar Brooks este curso, pues ya fue multado con 35.000 dólares por propinar un empujón a un cámara situado en primera fila en el partido que Memphis jugó en Miami durante el mes de marzo. Además, según datos de Spotrac, la suspensión que se le impuso tras su agresión a Donovan Mitchell le supuso perder 78.621 dólares de su sueldo.
Esta última sanción no es por tanto sino una más en la lista de situaciones polémicas en las que Dillon se ha visto envuelto recientemente. Desde luego, no es la mejor forma de despedir su temporada de expiring y de salir a la agencia libre este verano.
