Sus jugadores estelares han brillado de una forma como si habrían estado en las finales antes
Los Nuggets de Denver lucen como si ya hubieran estado antes en esta situación.
Hay un inconfundible temple en estos Nuggets, que se encuentran a un solo triunfo de su primer título d ela NBA y podrían levantar el Trofeo Larry O’Brien el lunes por la noche, cuando las finales regresen a Denver para el quinto juego. Sus estrellan han brillado en su primera aparición en la serie por el título. Sus jugadores de reparto han cumplido. No han tenido algún error colosal. E incluso en la antesala de un campeonato, se niegan a cambiar.
“Necesitamos un triunfo más”, dijo Nikola Jokic, dos veces Jugador Más Valioso.
Así son los Nuggets. Sencillos. Efectivos. Contundentes.
Con Jokic y Jamal Murray al frente, y con prácticamente un jugador distinto cada noche vistiéndose de tercer héroe por los Nuggets, tienen a Miami en serios problemas. Tienen ventaja de 3-1 en las finales y con la posibilidad de jugar dos de los siguientes tres partidos en Denver… de ser necesario.
“Tenemos una oportunidad de disputar un partido súper competitivo en un gran ambiente”, dijo el entrenador del Heat, Erik Spoelstra. “Ese será un ambiente increíble. Nuestros muchachos están hechos para esto. Les encanta. Sí, entendemos cuál será la narrativa, pero así son las cosas con nuestro equipo”.
La historia dice que la serie está prácticamente finiquitada; sólo un equipo en la historia de la NBA ha logrado remontar un déficit de este tipo en las Finales, los Cavaliers de Cleveland ante los Warriors de Golden State en 2016. El alero del Heat Kevin Love jugó con ese equipo de Cleveland.
“Olvídense del juego”, dijo Love. “Es una sola posesión, un cuarto, mitad por mitad. Lograrlo como sea necesario y averiguaremos el resto”.
Será una tarea abrumadora.
Los Nuggets han limitado a Miami a menos de 100 puntos tres veces en los primeros cuatro partidos; esas fueron las tres victorias de Denver en la serie. Tienen marca de 9-1 en casa, y su única derrota fue en el segundo encuentro de la serie, cuando Miami logró una gran remontada en la que Jamal Murray tuvo la oportunidad de empatar el encuentro con un triple mientras expiraba el reloj.
“Es lo que siempre les digo a mis muchachos. Ganar un campeonato será lo más difícil que tengan que hacer alguna vez”, dijo el alero del Heat Udonis Haslem, tres veces campeón cuya carrera de 20 temporadas finaliza una vez que termine la serie. “La gente sólo habla del desfile y de levantar el trofeo. No hablan del camino, de las noches en vela, de la frustración, de las lágrimas del dolor. No se habla de eso y eso es parte de todo”.
Denver no habla de un desfile, como lo hicieron algunos funcionarios de la ciudad en Dallas durante las finales de 2006, cuando los Mavericks se pusieron 2-0 sobre Miami y el Heat ganó los siguientes cuatro partidos. Los Nuggets no cometen ese error. De hecho, no cometen ningún error. Cada detalle está cubierto, incluso agotar el reloj de disparo en varias posesiones de los minutos finales del cuarto juego, sólo para acortar el partido y limitar las oportunidades de una remontada de Miami.
“Hemos hecho nuestro trabajo. Pero no vamos a celebrar como si hubiéramos hecho algo”, dijo el entrenador de los Nuggets, Michael Malone. “Sabemos que tenemos que ir a casa y apagar la televisión, el radio, no leer los periódicos, no escuchar a nadie que te diga lo grandioso que eres. Nos mantenemos fieles a nuestra identidad”.