Por Ramón Diloné
El pacto anunciado al país por uno de los peores arpías que ha dado la política nacional desde la fundación de la República Dominicana hasta la fecha, no debe extrañar a nadie porque el refrán popular dice que «dios los cría y el diablo los junta».
El acuerdo entre los partidos de la Liberación Dominicana (PLD), Fuerza de la Putrefacción (FUPU) y la sigla del PRD, es una acción desesperada que busca que el país vuelva a caer en la desgracia de la corrupción, el robo descarado, la impunidad y el narcotráfico rampante.
Una trilogía compuesta por el PLD, la FUPU y el PRD, jamás puede buscar nada positivo para el país, puesto que son los principales responsables del gran saqueo de los bienes públicos en los períodos 1996-2000 y 2004-2020.
Una alianza encabezada por ese grupo de individuos perversos, malignos y sin principios, los cuales han sido capaces de corromperlo todo, porque desde el poder han apelado a todos los artificios existentes para conseguir sus objetivos malignos y provocar la desgracia del pueblo dominicano.
Como son un grupo de cínicos y de simuladores, que creen que los demás dominicanos son iguales que ellos, entienden que la sociedad sufre una amnesia colectiva y que, por tanto, ha olvidado toda la desdicha vivida durante sus 20 años de saqueos, robos e impunidad.
Los buenos dominicanos, que son muchos más que los malos, y que los traidores a la patria de Luperón, Duarte, Sánchez, Mella, Caamaño y Manolo, nunca olvidarán el regalo de la mina de oro que Antonio Guzmán nacionalizó, la destrucción de la Corporación Dominicana de Empresas Estatales (CORDE) y de Dominicana de Aviación.
Los destructores del país (PLD, FUPU y Miguel Vargas), deben tener presente que el pueblo sabe muy bien quién regaló la Corporación Dominicana de Electricidad (CDE) a Unión Fenosa, quién destruyó el Consejo Estatal del Azúcar (CEA) y regaló sus ingenios, quién privatizó los hospitales, quién vendió a Molinos Dominicanos, y una lista de etc., bien larga.
También esos fueron los gobiernos de Arturo del Tiempo, de Figueroa Agosto, el Cártel del Este de los rifereros (banqueros) que fueron alcaldes y diputados por el PLD, de los hermanos Benítez, narcos que «tumbaron» a un famoso procurador que los soltó y los dólares que les entregaron resultaron falsos. También hubo otros muchos capos más que se pasearon por el Palacio Nacional.
Ese grupo de la generación del mal, de la desgracia, del robo, de la corrupción y de la impunidad, no puede ofrecer nada bueno a la sociedad dominicana, pero es tan sínico y descarado, que seleccionan como vocero a lo peor que tiene la política dominica, una persona que es un muerto, el cual no es capaz de convencer al más tonto de los imberbes de los electores del país.