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Asocian carnes rojas y procesadas con cáncer próstata

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Nueva York.- Los hombres que comen mucha carne roja y procesada tendrían mayor riesgo de desarrollar cáncer de próstata que los que limitan ese consumo.

Los autores del estudio, del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, hallaron en más de 175.000 hombres controlados durante nueve años que los que consumían la mayor cantidad de carnes rojas y procesadas tenían alto riesgo de desarrollar cáncer prostático.

Los resultados, publicados en American Journal of Epidemiology, se suman a una gran cantidad de estudios contradictorios sobre el consumo de carne y el riesgo de cáncer de próstata.

Dado que esos estudios siempre obtuvieron conclusiones contradictorias, los expertos consideran que no es concluyente la evidencia que asocia el consumo de carnes rojas con la enfermedad.

Los nuevos resultados no son definitivos. Pero sugieren que las carnes rojas procesadas y los métodos de cocción a altas temperaturas, principalmente el grillado y la parrillada, estarían especialmente asociados con el riesgo de cáncer prostático, explicó el equipo de la doctora Rashmi Sinha.

Para el estudio, el equipo controló a 175.343 hombres en Estados Unidos, de entre 50 y 71 años, que respondieron sobre su alimentación, como cuánto y qué tipo de carne comían y qué métodos de cocción usaban.

El equipo usó esa información para estimar los niveles de ciertas sustancias químicas, potencialmente causantes de cáncer, en la alimentación de los participantes. En nueve años, 10.313 varones desarrollaron cáncer prostático y 419 murieron.

El 20 por ciento de los hombres que comían más carnes rojas, que en el estudio incluyeron carne de vaca y cerdo, fue un 12 por ciento más propenso a desarrollar la enfermedad que los que menos carne consumían.

Esto se mantuvo tras considerar varios otros factores, como el tabaquismo, el ejercicio y la educación. Hubo una relación más sólida con el cáncer de próstata avanzado; el riesgo fue casi un tercio mayor en los que más carnes rojas comían.

Los mismos resultados se obtuvieron con la carne procesada. Pero cuando el equipo desmenuzó la información sobre la alimentación de los participantes, halló que las carnes rojas procesadas como la panceta y las salchichas de carne roja estuvieron asociadas con un aumento del riesgo de desarrollar cáncer prostático, lo que no ocurrió con las carnes procesadas como los cortes congelados de pollo.

El único método de cocción asociado con el cáncer de próstata fue el grillado y la parrillada.

Eso coincide con la teoría de que las carnes cocidas a altas temperaturas estarían especialmente asociadas con el cáncer porque el proceso de cocción produce ciertas sustancias químicas, incluidos los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HPA) y aminos heterocíclicos, que provocan cáncer en animales.

En respaldo a esa idea, el equipo halló que altos niveles del HPA benzo-alfa-pireno estuvieron asociados con un mayor riesgo de cáncer prostático.

El mismo patrón surgió cuando el equipo analizó el consumo masculino de nitritos y nitratos, que son sustancias químicas usadas para preservar carnes procesadas y curadas como el jamón, la panceta y las salchichas.

En el cuerpo, los nitritos y los nitratos promueven la producción de sustancias químicas potencialmente cancerígenas llamadas nitrosaminas.

Juntos, escribieron los autores, los resultados apuntan a mecanismos por los que ciertas carnes promoverían el cáncer de próstata y señalan la importancia de estudiar la relación entre ciertos tipos de carne y el riesgo de tumores prostáticos.

El equipo concluyó que se necesitan más estudios para establecer si ciertas carnes y sustancias químicas en esos alimentos son realmente factores de riesgo de cáncer prostático.

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