En noviembre del pasado año, la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), dio a conocer que había cocaína líquida, en una parte de la carga de 106 cajas de "champú" ocupada en el muelle de Haina Oriental, antes de ser embarcada a los Estados Unidos.
Dicha modalidad forma parte de “los nuevos ropajes de la droga”, a la que se suman adornos florales, botellas de cervezas, ron, pelotas de fútbol y portafolios de lujo con forros endosados de sobres de Heroína; además de personas que las transportan en el estómago, el ano y mujeres que la llevaban en su vagina, entre otros.
El trabajo “Incidencia de las Drogas en La República Dominicana en los años 1988-2008, puntualiza que hasta mediados de la década del 70, el país apenas tenía unos 30,000 usuarios de drogas. El incremento se ha multiplicado con creces.
Otros artículos sobre “La Droga y el Narcotráfico en la República Dominicana”, refieren que, aunque en el país no se cultivan la coca, ni el opio, y en muy pequeñas cantidades la marihuana, su posición geográfica dentro del área del Caribe la convierte en el denominado puente de envíos desde Sur América, hasta Norteamérica y Europa.
Por su parte, el presidente de la República, Leonel Fernández, se comprometió en febrero del actual año a no dar tregua al narcotráfico, al crimen organizado y la violencia. Reprochó la participación de miembros de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional en actos delictivos, que tienen "perturbada" y "aterrorizada" a la población, dijo.
En ese momento, la prensa nacional hablaba de 538 militares, entre ellos 92 oficiales superiores, expulsados de las filas de las FA en los últimos seis meses por vínculos con el narcotráfico y otros delitos. En la actualidad, la cifra ha crecido y se investigan los lazos de militares dominicanos con bandas y figuras del narcotráfico.
¿Exagera el doctor Marino Vinicio (Vincho) Castillo, cuando denuncia el incremento del narco en el país? ¿Incurre en errores el senador Winston Guerrero cuando afirma que dichas acusaciones se quedan cortas de acuerdo a la realidad?
Hurgar con profundidad en los expedientes de quienes integran las filas castrenses y policiales, forma parte de las medidas preventivas en la lucha contra el narcotráfico. Como también lo es, la formación de menores desde el hogar; su correcta educación y la posibilidad de que existan actividades deportivas y recreativas a las que dediquen su tiempo libre.
A las propuestas de importantes instituciones en el país, dirigidas a enfrentar el consumo de drogas ilícitas, debe sumarse la consolidación de los Barrios Seguros, como parte esencial de esa prevención, y fundirse todas las esferas políticas y sociales del país, así como entidades de la sociedad dominicana que enfrentan al tráfico de estupefacientes.
Sólo con una estrategia coherente, sistemática y sólida se combate algo que crece día a día. La cuestión no está en apagar fuegos, sino en ir a las raíces donde se enciende la candela.