Puede parecer una verdad de Perogrullo pero lo cierto es que la ciencia ha comprobado que escuchar música beneficia saludablemente a los pacientes que atraviesan un severo estado de estrés y ansiedad asociado con estar en medio de un proceso de diagnóstico y tratamiento coronario por problemas cardíacos.
Así lo comprobó una revisión sistemática de diversos estudios elaborada por un equipo para la Cochrane Systematic Review.
Los expertos lograron comprobar, comparando y cotejando una gran cantidad de estudios específicos, que los pacientes de este tipo que escuchan música registran una menor presión arterial, frecuencias cardíacas menores y un más saludable nivel de ansiedad general.
El contexto del estudio
Este estudio parte de una premisa lógica: vivir con problemas cardíacos es una situación extremadamente estresante. Tanto el diagnóstico como los diversos tratamientos médicos involucrados en estas patologías generan una fuerte ansiedad, algo que paradójicamente- ayuda a incrementar la presión sanguínea.
Esto, claro, aumenta además el riesgo de nuevas complicaciones. Y aquí es donde entra a tallar la música, ya que escucharla parece ayudar a los pacientes a aliviar su estrés y, por lo tanto, contribuye a reducir los riesgos de las complicaciones.
Quien hizo este estudio fue Joke Bradt, profesional del centro de investigaciones en arte y calidad de vida, de la universidad Temple de Filadelfia, y en un artículo asegura que "nuestros estudios comprobaron que los pacientes que escucha música tienen beneficios constatables a la hora de medir los síntomas de problemas cardíacos".
Los investigadores trabajaron revisando y ordenando datos de 23 estudios diferentes que, en conjunto, sumaban 1461 pacientes.
Entre las conclusiones se encontró que el escuchar música ofrecía mejoras constatables a los pacientes con problemas coronarios que sufrían de ansiedad, a través de una reducción en las tasas cardíacas y en la presión arterial.
Por otra parte, también hubo algunos indicios de que la música contribuye a mejorar el estado de ánimo general del paciente, aunque esto no llegó al punto de mejorar estadísticamente la situación de aquellos que estaban deprimidos.
Ahora, la próxima etapa de estas líneas de trabajo es tratar de identificar que estilos musicales y qué tiempos de escucha de temas o programas son los que generan los resultados más efectivos entre los cardíacos.
