“No es un comunicador responsable quien manipula e inventa narrativas de insidia, archivando la ética y los principios deontológicos”. Para nadie es secreto que la persona, profesional que se desarrolla en el Periodismo desde la honestidad, abraza una parte difícil de las ciencias humanistas: ejerce con conciencia, de cara al sol; cubierto de códigos, preceptos, normas morales y reglas de conducta, como fomento de garantías de derechos humanos y fundamentales.
Es deber de este profesional exhibir autenticidad, ética, encomio, hacer grandes esfuerzos para ser objetivo. Esto es, actuar de forma pensada y perpetuamente desde los valores. Como se ha reiterado en artículos anteriores, el Periodismo responsable implica capacitación continua, para servir perennemente, cónsono con la verdad, que también es accionada desde la investigación seria y la contrastación necesaria; valores y principios universales.
Esto así, sin ser “vicario de la moralidad o predicador de rencor”, como bien sugiere el profesor de Teoría del Estado y de la Constitución e historia de las Ideas Políticas, de la Universidad de las Américas, Ramiro Rivera Molina; un estudioso de las complejidades de esta noble y útil profesión de servicio, que en estas líneas sirve de ponderada referencia.
Todo periodista responsable, serio, debe accionar la comunicación de masa, tradicional o moderna, apartado de odio y rencores con la información. “Transmitir la noticia que se derive de hechos. No elevar a noticia el chisme amplificado, ni desde el rumor que sentencia y condena”, reitera el maestro Rivera Molina. Es entendible, porque la ciencia del Periodismo no admite ataque personal o descrédito. No saca interpretaciones del cuchicheo y los intereses.
El Periodismo se ejerce para el bien común, de espalda al populismo, a toda acción que pueda afectar a la democracia. Por eso, su apego es a la verdad, a la transmisión de conocimiento. En ese aspecto, este texto reconoce la importante labor que desarrollan periodistas de todo el mundo, en la protección de la seguridad de los Estados y la preservación de su defensa nacional.
En el caso que nos ocupa, la República Dominicana, las y los periodistas se capacitan sistemáticamente a motus propio y por sugerencia de gremios periodísticos…, tanto en las academias nacionales, programas de educación y capacitación profesional de las instituciones del Estado, como en intercambios de saberes con agencias internacionales…
Con los aprendizajes adquiridos hacen aportes. También con las investigaciones que realizan en diversos campos del saber humano. Mediante ejercicio periodístico en oficinas consulares, desde las cuales este oficio propicia el fortalecimiento de la cultura de paz.
Fomentan salvaguarda de la seguridad nacional y garantía de defensa nacional, con actividades diseminadas desde los mass media y otros espacios de promoción simbólica, entre ellos, las mismas academias; universidades, escuelas, familias, cine, iglesias, clubes…, con las que, contribuyen a prevenir amenazas a los elementos constitutivos del Estado, sus objetivos e intereses; la estructura de poder nacional y sus factores.
En definitiva, el Periodismo responsable, serio, es un freno al crimen organizado, narcotráfico, terrorismo, pandillaje, inmigración ilegal…, fortalece la identidad nacional. Porque vela por el interés nacional; común, la preservación de la unidad nacional y la proyección internacional…
Para ello, las y los periodistas de nuestro país, participan, igualmente, en espacios de diálogos, promoción de la identidad y buenas normas, reuniones, mesas de trabajo, creación y evaluaciones a planes de política de nación. Adquieren conocimientos en centros de estudios de educación superior, como la Universidad Nacional para la Defensa, General Juan Pablo Duarte y Díez (UNADE), antiguo Instituto Superior para la Defensa (INSUDE), que ya arriba a su XXI promoción en Maestría en Seguridad y Defensa Nacional.
Además de, en seguridad nacional y defensa, actualizan informaciones en derechos humanos e internacional humanitario, Geopolítica, comunicación estratégica, tecnología de la información, entre otros. Con estas capacidades, que robustecen a su profesión, que está subordinada al respeto y a la dignidad, y al mismo tiempo, sirven informaciones a través de los medios tradicionales y electrónicos, a favor del combate de la criminalidad. Con lo que, fortifican la democracia dominicana, los elementos de desarrollo; fomentan buenas relaciones de amistad con otras naciones y el alcance de propósitos comunes.
iEncomio eterno a las y los periodistas de la República Dominicana: héroes, heroínas, mártires, estandartes, que accionan desde el bien hacer! A la vez, aprovecho para felicitar a todos mis distinguidos colegas, a propósito de que cada 5 de abril, celebramos nuestra efeméride. Aplaudo la entrega de quienes accionan con diafanidad, como nos enseñaron nuestros grandes maestros; conscientes de que la comunicación social es una ventana de oportunidades. Dios les bendiga grandemente.
Hasta pronto.
La autora reside en Santo Domingo
Es educadora, periodista, abogada y locutora.