El auge desmedido de los proyectos residenciales-turísticos en el país ha causado la reacción de muchos expertos turísticos, quienes han advertido de forma directa sobre las consecuencias negativas que esto ocasionaría para el turismo.
El peligro de que en RD ocurra algo parecido al caso de Cancún, donde al exceso de oferta hotelera le siguió un exceso en la construcción de proyectos residenciales-turísticos que tuvo como consecuencia un bajón de precios que no benefició a nadie, es cada vez mayor, dice caribepreferente.com.
Así lo considera el presidente de Occidental Vacation Club, Luis Namnum, quien entiende que la sobreconstrucción de proyectos residenciales en los distintos polos turísticos de la nación genera que el valor económico de estos baje de forma considerable, a la vez que debilita el sector porque las ofertas de estos proyectos están perdiendo sus atractivos por la gran cantidad que existen, los cuales van dirigidos a un mercado con poca demanda.
Además, la saturación de los proyectos inmobiliarios impide que el sector tenga un rápido desarrollo debido a que ya empiezan a convertirse en una oferta que está muy rebosada, y esto provoca la repetición de estructuras con el mismo perfil en este mercado. Una modalidad con el mismo contenido en los diferentes destinos del país conlleva al desinterés por parte de los inversores.
Sin embargo, la Secretaría de Turismo aun no acaba de entender esta realidad, sino que hace alarde en anunciar el desarrollo de 54,725 habitaciones extrahoteleras y ofertas complementarias, sin darse cuenta del peligro y la barbaridad que esto representa para el turismo local y sobre todo para el sector hotelero que ante la cada vez mayor competencia por atraer al turista se verá obligado a tirar los precios, una estrategia dañina para el destino en general.
Frente a este panorama incierto algunos inversores han decidido dar marcha atrás y empacar sus maletas, tal cual ha sucedido en Bayahíbe, donde un inversor interesado en ese destino desistió de sus planes por el exceso de oferta y el ambiente económico. Actuar de forma irracional y sin sentido, no traerá ningún bien a las zonas ya explotadas, por mucho que los integrantes del negocio quieran vender esa idea.