Se ha repetido la historia. Los Lakers han vuelto a amagar con ganar a Denver a través de un primer cuarto –y más minutos– en el que han sido mejores y han estado por delante en el marcador; sin embargo, cuando realmente importa dominar, cuando el tiempo va a expirar para decidir quién es el ganador, ahí los Nuggets se están mostrando intratables. Resumen: tres partidos, 3-0 a favor de los actuales campeones y los angelinos a punto de irse de vacaciones.
Lo cierto es que no sorprende ver a los de Michael Malone dominando de esta manera. Van ya once triunfos consecutivos frente a los de oro y púrpura –que se dice pronto– y que en unos días caiga el 12º apunta a ser lo más lógico. Anoche cuando rentaban cuatro minutos para el descanso los de Darvin Ham estaban 10 puntos arriba. Pues bien, el paso al frente de los Nuggets fue tal que cuando restaban cinco para terminar el tercer cuarto eran ellos los que mandaban por 10… La sensación de superioridad es innegable.
«Es divertido ganar partidos. No creo que nadie, aparte de los medios, mire las 11 victorias consecutivas, porque es difícil. No es fácil vencer a este equipo. El último partido, remontando 20 puntos, tuvimos que arañar y arañar, así que no es fácil. Pero, por supuesto, nos gusta ganar y cuantas más veces podamos ganar, mejor», comenta Michael Porter Jr., autor de un doble-doble de 20 puntos y 10 rebotes.
Aunque algunos destacaron hace tiempo que el banquillo de Denver había empeorado respecto a la anterior campaña, lo que está claro a estas alturas es que su quinteto inicial es letal. No es que jueguen de memoria –que también–, es que todos se hacen mejores entre sí –empezando por Nikola Jokic– para ofrecer un rendimientos que no se puede definir como menos que casi imparable. He aquí las pruebas.