¡Increíble! El expresidente de Estados Unidos, Bill Clinton, de 78 años y operado dos veces del corazón (colocación de stents y bypass en 2004 y 2010), instó, durante la Convención Demócrata en Chicago, a los jóvenes a consumir comida chatarra.
Comentario: «El nivel de la política global se ha degradado tanto que observen el argumento de un expresidente de los Estados Unidos de Norteamérica, haciendo analogías con la vicepresidenta Kamala Harris y los años que trabajó en un McDonald’s para pagar sus estudios. Al final resalta que es un fanático de la comida rápida. Entonces, ¿en una campaña política en medio de un descalabro mundial, es propicio que para él hacerse el gracioso-expresidente Clinton-, hable a la juventud para que se incline a la comida chatarra que tanto daño hace a las personas y al sistema de salud del mundo?»
En 2010, «luego de una visita a su cardiólogo, Clinton fue sometido a un procedimiento para colocarle dos stents (mallas distensibles) en una de sus arterias coronarias».
«Uno de los tubos del bypass (de la operación de 2004) estaba completamente bloqueado y debido a eso, y al hecho de que tenía síntomas repetitivos sin estar haciendo esfuerzo, fue sometido a un tratamiento con dos mallas que fueron colocadas dentro de su propia arteria coronaria», señaló el cardiólogo Alan Schwartz.
Lo más insólito de su petición, aparentemente no tenía nada que aportar, es que el veterano dirigente político había sido sometido en 2004 a una cirugía de cuádruple desvío coronario para desbloquear sus arterias y desde esa fecha le recomendaron cambiar su alimentación.
Durante sus mandatos presidenciales, de 1993 a 2001, Clinton se hizo conocido por sus escapadas de la Casa Blanca para satisfacer su apetito por la comida rápida.
Uno su discursos de la noche del miércoles en la convención demócrata en Chicago fue el del expresidente de EE. UU. Bill Clinton (1993-2001), improvisando sobre cómo Kamala Harris, si resulta elegida, habrá batido su récord como el mandatario que más tiempo ha pasado en un McDonald’s.
El exmandatario, quien se ha labrado su propia fama por su afición a la comida rápida, expresó: «Estaré muy feliz cuando ella entre en la Casa Blanca como presidenta, porque romperá mi récord como el mandatario que más tiempo pasó en McDonald’s».